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Por Jack Fleming Capítulo 1 "¿Creación o Evolución?" EstudiosMaranatha.com
La historia de la humanidad se desarrolla entre dos eternidades. La
eternidad pasada y la eternidad futura. Eternidad es donde no transcurre el tiempo. Nuestras mentes finitas
no pueden concebir lo que no tiene fin. Muchos han tratado de
desentrañar lo que es el tiempo, pero ni aún a través de figuras han
logrado explicarlo. La Biblia nos dice que el tiempo es el deterioro que el
pecado produce sobre la creación. Hubo una época, antes del principio de la creación de Dios, donde no
había cielos que manifestaran Su Gloria, ni ángeles que cantaran sus
alabanzas, no había tierra ni cosa creada sobre ella que ocupara Su
atención. No había nada ni nadie, solo Dios. Esta época de la soledad de
Dios, es lo que llamamos la eternidad pasada. La eternidad futura comenzará después del reinado de mil años de
Cristo sobre la tierra. Ap.10:6 "y juró por el que vive por los siglos de
los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra
y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él,
que el tiempo no sería más". El día que entró el pecado en la creación, el tiempo comenzó a
correr inexorablemente. Y se detendrá nuevamente cuando el pecado sea
totalmente aniquilado de la creación. Rm.8:22 "Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a
una está con dolores de parto hasta ahora". 2Cor.5:2 "Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de
aquella nuestra habitación celestial". Sabemos que entre el versículo l y 2 del Cap.1 de Génesis,
transcurrió un tiempo no definido, que bien pudieron ser millones de años. Gn. 1:1 "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Dios se define así mismo en Su Palabra como Dios de orden y Luz. De
allí entendemos que Dios no pudo haber creado en el principio un mundo
desordenado, vacío y en tinieblas.
Gn.1:2 "y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas
estaban sobre la faz del abismo". La Biblia no es un libro para probar la existencia de Dios. Comienza
con esta afirmación que ninguna de sus criaturas debería poner en duda:
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Es más, dice la
Palabra del Señor en el Salmo 14 : "Dice el necio en su corazón: No hay
Dios". El Todopoderoso califica de necio al que ponga en duda o niegue su
existencia, haciendo alusión a los que se declaran agnósticos o ateos.
Porque aunque desconocieran la Biblia, dice el Creador en Rm.1:19 " Lo
que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa". No tienen excusa, porque todo lo creado tiene el sello divino de su
Creador, de tal modo que solo un necio podría negarlo. Es lo que afirma
en los versos siguientes, Rm.1:22 "Profesando ser sabios, se hicieron
necios". Todo lo creado revela la mano de su creador, su carácter y sus
planes eternos. Si elevamos nuestros ojos, allí está ese inconmensurable
cielo con sus infinitas luces titilantes como un gran letrero luminoso que
anuncia la existencia de Dios. Dice el Salmo 19 "los cielos cuentan la
gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos". Si fijamos nuestra atención en cosas tan simples como un gusano,
allí también podemos ver la mano de Dios y gozarnos al contemplar como aún
a través de esas criaturas, Dios nos revela grandes maravillas. En
ellos vemos reflejado todo el proceso de la conversión del pecador que se
arrastraba en el polvo del pecado, pero que un día entra en un capullo,
para que a solas con su creador, se produzca el milagro más maravilloso
que podamos contemplar. Desde la oscuridad y soledad de ese capullo, no volverá a salir la
criatura repulsiva que se arrastraba, sino un nuevo ser, con colores
muy hermosos, y más sorprendente aún, con alas que lo elevan con gracia
hacia esas alturas que su creador le ha asignado como nueva morada para
él. Dios pudo haber creado desde sus comienzos a dos criaturas distintas
que satisficieran su voluntad, pero no, él usó el mismo gusano para
transformarlo en una nueva criatura, para mostrarnos cual habría de ser la
transformación, la metamorfosis del pecador perdido, en el cambio
maravilloso que el Espíritu Santo iba hacer en el pecador perdonado, para
transformarlo en un verdadero hijo de Dios. También a través de la formación de una valiosa y hermosa perla
podemos ver reflejado los planes del creador. Un ser vivo, en este caso un
molusco, es afligido y atormentado por una pequeña piedrecilla que
hiere sus sensibles membranas. El Creador proveyó como defensa para esta
criatura, una glándula que segrega una substancia que envuelve el cuerpo
extraño; esta materia se solidifica y el molusco prosigue envolviéndola
con nuevas capas hasta hacer desaparecer todas las aristas que herían
sus membranas. El resultado es que esa piedra sin valor alguno, no
solamente es transformada en una perla de gran precio y hermosura, sino que
lo más asombroso es que ahora puede convivir con ese ser vivo que lo
acepta para siempre. Dios pudo haber provisto como defensa para esta criatura unas
manecillas o fuentes de expulsión, como otros lo poseen para librarse de
estos cuerpos extraños, pero no, él ideó todo este proceso porque desea
darnos a conocer lo que Cristo Jesús habría de hacer por nosotros. Él nos
recibe, aunque nosotros únicamente causamos dolor a la sensibilidad de
su santidad. Él nos envuelve con su amor, su paciencia, su
misericordia, su justicia, y nos transforma en algo de gran precio para él, pasamos
a ser hijos de Dios, reyes y sacerdotes del Dios altísimo. Otro tanto podríamos decir del hermoso lenguaje que emplea en su
creación para darnos a conocer la vida, la muerte y la resurrección a
través de los árboles, que en Verano florecen y se llenan de vida, luego en
Otoño se secan, para en Primavera anunciarnos que hay resurrección después de la muerte. Este ciclo nos habla de la muerte y resurrección. Y qué diremos de la hermosa transformación que Dios hace del negro y
quebradizo carbón, que después de permanecer largo tiempo en las
entrañas de la tierra, sometido a tremendas presiones y temperaturas muy
especiales, es sacado de allí no como algo de poco valor y carente de
hermosura, sino que ahora es un valioso y bello diamante, de gran dureza y
que refleja con esplendor los diferentes matices de la luz. Esto
indudablemente nos habla de lo que Dios va hacer con nuestros cuerpos mortales
cuando los transforme en cuerpos de gloria. Dios también pudo haber creado a Eva del mismo modo que lo hizo con
Adán, del barro, pero no lo hizo así porque el Dios Omnisciente quería
dejarnos una enseñanza objetiva. La Biblia denomina al Señor Jesucristo
como el segundo Adán, y a su iglesia como su esposa. El sueño profundo
del primer Adán está representando la muerte de Cristo, su costado abierto
desde donde formó la esposa de Adán, nos está hablando del costado del
Señor que fue abierto por la lanza del soldado, porque desde allí se
habría de formar su esposa, la iglesia, por medio de su sangre preciosa.
La creación de Adán y Eva tal como se relata en la Biblia, no es una
leyenda o una fábula como afirman los enemigos de la Palabra del Señor.
Cada cual tiene derecho a creer en lo que le venga en gana, pero lo que
no tienen ningún derecho, es llamarse cristianos y al mismo tiempo
negar lo que Cristo enseñó. El Señor fue muy categórico para afirmar que Adán y Eva fueron
creados, cuando dijo que en el principio Dios los hizo, varón y hembra los
hizo Dios. Tampoco dijo que fueron el fruto de un largo proceso
selectivo de evolución, como ahora nos pretenden hacer creer. Nadie con más autoridad que el Señor Jesucristo para hablar de estas
cosas, porque él fue el único que estuvo allí, antes que todas las
cosas fueran creadas, como lo afirma Jn.1 :2/3 "Este era en el principio
con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él NADA de lo que
ha sido hecho, fue hecho". Ninguno de los científicos ni de los seudocristianos estuvo allí
para poder asegurar lo que hoy afirman. Únicamente Jesús, el Dios
eterno, no solamente estuvo allí, sino que fue el Creador de todo lo
existente. ¿Quién con más autoridad que él para decirnos como fueron hechas
todas las cosas? Los cristianos le creemos a él, por esta razón nos
identificamos como cristianos. La posición oficial de los romanistas es como el péndulo, se pasan
desde un extremo al otro. Antiguamente condenaron a los científicos por
brujos, tenemos el caso de Galileo que registra la historia; también el
mismo Charles Darwin fue el blanco de las condenas y maldiciones de los
líderes romanistas. Hoy, que han perdido tanta credibilidad y adeptos, han movido el
péndulo hacia el otro extremo, pretendiendo escudarse en la misma ciencia
que ellos condenaron, y se han manifestado oficialmente como
"evolucionistas teístas". Es decir, que Dios creó únicamente la vida en su forma más
primitiva y minúscula, para desde allí ir evolucionando por medio de fuerzas
mecánicas carentes de propósito. Estos seres vivos, dicen, fueron mutándose después de innumerables
pruebas y fracasos a lo largo de millones de años, hasta llegar a los
seres superiores que hoy conocemos. ¿Qué dios es este? Desde luego que no
es el Dios de la Biblia, ni tampoco la evolución de que hablan los
Darvinistas, cuyo objetivo es eliminar la existencia de un Creador. La evolución teísta que ahora sostienen los romanistas, es una
contradicción básica de términos; un triste e ilógico conflicto entre
postulados completamente irreconciliables, y que los verdaderos
evolucionistas nada quieren saber de ella. Todos los científicos que se han abanderado con la teoría de la
evolución, rechazan de plano la postura ambigua e ilógica de los
romanistas, y no podría ser de otro modo, porque ¿quién quiere asociar a Dios con
algo que pretende negar su existencia? La Biblia sostiene categóricamente que Dios creó a cada uno de los
seres "según su especie". En 1Cor.15:38 afirma: "Dios le da el cuerpo
como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo. No toda carne es la
misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otras carne la de
las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves". Dios dice en
la Biblia que cada uno de los seres vivos fue hecho por él, según su
especie. Dios no podría haber utilizado la evolución como método de creación,
porque ésta es contraria al carácter divino y a lo que sostiene la
Biblia. Dice el Todopoderoso que la muerte entró como consecuencia del
pecado, entonces ¿cómo pudieron morir las especies inferiores que fueron
aniquiladas por las más fuertes, en esa selección natural que hablan los
evolucionistas, cuando la muerte aún no podía existir? También ese método de "creación", por medio de ensayos y
fracasos, no se ajusta al Dios de la Biblia, más bien se parece al método
del aprendiz que dice que echando a perder se aprende. El suponer que Dios creara por medio de ensayos, de pruebas y
errores, por medio de la eliminación de los débiles por parte de los más
fuertes, de la lucha competitiva hasta llegar por estos medios selectivos
al hombre, es culpar a Dios de la lucha, el egoísmo y la brutalidad.
En cambio la Biblia afirma que Dios creó todo en paz y armonía, y
que fue el pecado el que introdujo la muerte, a partir de entonces "toda
la creación gime a una, aguardando su liberación del pecado". Cuando aceptamos lo que Dios dice en el primer versículo de la
Biblia, Ud. notará que puede aceptar y comprender el resto de las verdades
contenidas en ella sin gran dificultad. Aquí se refuta el panteísmo (es
decir, que todo es dios), porque muestra que Dios existía antes que la
materia. Niega la teoría de la evolución, porque afirma que "Dios
creó". También descarta la teoría de los romanistas con su postura ambigua
del evolucionismo teísta, porque la muerte no pudo existir antes que el
pecado, ni Dios ser el autor de la brutalidad de la eliminación de los
más débiles. Si indagamos en la historia y analizamos la "filosofía" hitleriana, podemos entender claramente las razones que tuvo ese cruel tirano para admirar y propagar con tanta vehemencia en todos los centros de educación y especialmente en los lugares de exterminio masivo, la teoría de la evolución de Charles Darwin. Su admiración por ese personaje llegaba a su máxima expresión, cuando Darwin se refería a la selección natural de las especies. Porque Hitler creyó encontrar allí justificación y motivos para su macabro plan de eliminar de la sociedad a todos aquellos que tuvieran alguna deficiencia física o mental, porque significaban no solamente un estorbo para el gobierno, sino que además una carga que no se justificaba "gastar recursos y alimentos en aquellos que no podían valerse por sí mismos". En una sociedad como la que el Nazismo quería crear, la aceptación de la teoría de Darwin era algo muy apetecido y una conveniencia que no podían desaprovechar. Un mundo sin un Creador, donde no existen los valores morales de un Dios que es Amor, Misericordia, Justicia y Santidad; donde la selección natural de las especies es entendida como el único camino lógico para la preservación de ellas. Era la piedra angular que sostenía toda la horripilante "filosofía" hitleriana para establecer la raza "pura" que el brutal dictador soñaba. Cuando nos dejamos conducir por la "lógica" y el raciocinio humano, desprovisto de los valores morales que Dios nos ha entregado, ignorando la existencia de un Creador, entonces comenzamos el camino descendente que puede llevar a cometer brutalidades como tristemente se registra en la historia. Las enseñanzas de los evolucionistas están saturadas de conclusiones
ateístas, y que los humanos somos producto de unos procesos naturales
ciegos, sin un plan divino, que hunden al hombre en una angustiante
incertidumbre que le hace preguntarse con un grito de desesperación: ¿De
dónde vengo y a dónde voy? Los científicos que apoyan la teoría de la evolución, sostienen enfáticamente que en la creación no existió ningún plan o mente superior que interviniera, dicen que todo fue evolucionando accidentalmente. Pero cuando les presentamos hechos que es imposible aseverar que esos desarrollos pudieran ser actos del azar, algunos comienzan a divagar en sus fértiles imaginaciones, que posiblemente pudiera haber intervenido una mente inteligente, pero que eso podría ser la intervención de seres alienígenas de "civilizaciones" mucho más avanzadas que la nuestra. Es decir, están dispuestos a reconocer que la creación pudo haber sido obra de una mente inteligente, alienígenas, seres extra terrestres; pero jamás están dispuestos a admitir que pudo ser obra de Dios. Aunque cambiar de lugar el sitio donde se originó la vida, no otorga respuesta a la cuestión de fondo, solamente trasladan la localidad en que se originó la vida y de esa forma eluden la interrogante remitiendo su origen a otro lejano sitio. Y en ese supuesto y lejano sitio ¿Cómo se originó? Volviendo a decir que fue desde otra lejana galaxia, es dar vueltas como la ardilla dentro de la rueda sin llegar a ningún lugar. Deseo ir demostrando gradualmente que la teoría de la evolución NO
es científica, sino una filosofía, y yo diría más que eso, una religión
con la que han evangelizado el mundo, hasta llegar a convencer a
muchos, que si alguien no cree en la evolución, es un ignorante o un
fanático religioso de la Edad Media. Ellos mismos afirman que Darwin hizo posible ser un ateo
intelectualmente satisfecho. Un destacado científico y defensor incondicional de
la teoría de la evolución dijo: "El conflicto entre la ciencia y
religión es irreconciliable, de tal modo que si algún religioso pretende
aceptar la evolución y mantener sus creencias religiosas, debe dejar su
cerebro a la puerta, antes de entrar a su iglesia". Sin embargo si analizamos objetivamente la teoría de la evolución,
tenemos que llegar a la conclusión que es una religión. No descansa
sobre hechos demostrados ni puede ser probada científicamente, únicamente
es aceptada por la fe y el deseo obcecado de destronar al Dios de la
Biblia. Es asombrosa la obstinación de la mal llamada ciencia (1Ti 6:20) por derribar a Dios de Su trono y creer en todo aquello que ayude a negarlo. Pienso en las afirmaciones que hoy hacen por las fotos de la superficie del planeta marte que ahora se tienen, dicen con gran credulidad que allí se puede apreciar claramente que todo ese planeta estuvo un día cubierto de agua, apoyándose en los grandes cañones con enormes quebradas que se aprecian en esa árida superficie, pero lo paradojal es cuando la tierra que tiene una superficie de un 75% cubierta de agua y con las reservas de aguas en los polos más que suficiente para cubrir toda su superficie, cuando la Biblia afirma que una vez estuvo completamente cubierta por un diluvio que Dios mandó sobre la tierra, los "científicos" rechinan sus dientes para negar rotundamente esa afirmación como algo imposible que pudiera haber sucedido. Si eso no es una insensatez fruto de una terquedad que no puede resistir un simple análisis de cualquier mente racional ¿Cómo se podría llamar? La evolución no se puede observar, se tiene que creer por fe. Opera
de una manera incompatible con las leyes reales, observables y
naturales como un proceso milagroso anticientífico, creen en milagros. Sus
seguidores están revestidos de un fanatismo religioso propio de una secta;
porque nada hay que exacerbe más su carácter y dominio propio, que
cuando alguien piensa diferente a ellos, esta respuesta emocional deja al
descubierto su intolerancia para con quienes no comparten su mismo
culto, porque constituye un desafío a su fe religiosa. Pretenden hacernos creer que es una realidad científica el cambio de
bacterias unicelulares a plantas y a animales complejos, de peces a
mamíferos, de simios a hombres, con una aglomeración de ideas compuestas
de hipótesis en conflicto. Dicen que la ciencia debe apoyarse únicamente en explicaciones
naturistas, desechando medios sobrenaturales inaccesibles a la comprensión
humana. En esta categoría incluyen no sólo a Dios, sino a toda fuerza
vital no material que pueda conducir a la evolución en la dirección de
una mayor complejidad. Y aunque la teoría de la evolución no puede ser
demostrada científicamente, debe ser aceptada porque no existe una
explicación mejor hasta el momento, para entender la creación sin un Creador.
Desde los orígenes de esta teoría, lanzada el siglo pasado por
Charles Darwin, prendió en el corazón rebelde del hombre con gran fuerza, y
echaron a andar implacablemente toda su maquinaria propagandística,
llegaron a acuñar una frase que se hizo tristemente famosa: "Dios ha
muerto". Conquistaron las escuelas, universidades, llegaron a Hollywood que
es el corazón de la perversión y el medio de expresión más poderoso e
influyente que tiene el inconverso. Cuando Darwin elaboró su teoría, pensó que la mejor manera de
ponerla a prueba, sería por medio del registro de fósiles, que en esa época
era muy escaso, porque en el año 1859 se había investigado una pequeña
parte del mundo. Con el transcurso del tiempo, se podría esperar que
nuevos descubrimientos de fósiles tuvieran la respuesta que él y sus
discípulos predecían. La presión para encontrar una confirmación a esta teoría que había
prendido con gran fuerza por el mundo entero, transformándola en una
religión, condujo a un espectacular fraude, el hombre de Piltdown. Vale
destacar que también el paleontólogo jesuita Pierre Teihard tuvo un
importante papel en los descubrimientos de los supuestamente hombres de
Piltdown y de Pequín. El llamado hombre de Piltdown fue celosamente guardado en el Museo
Británico, permitiendo que durante 40 años prestase el útil servicio de
moldear la opinión pública, y que toda una generación fuera educada y
enseñada con ese fraude. Otro tanto ocurrió con el llamado hombre de
Nebraska, que ahora también se sabe que fue un fraude. El director del
Museo Americano de Historia Natural, Henry Osborn, presentó de manera
destacada al "Hombre de Nebraska" a partir del supuesto descubrimiento de
UN DIENTE, el cual luego se probó que fue otro fraude, porque el diente
provenía de un pecarí, una especie de cerdo. Existen actualmente muchos "hombres" prehistóricos, y digo
la palabra "hombres" entre comillas, porque la misma ciencia sabe que
no lo son. Estos son seres que han sido formados por la fértil
imaginación de algunos, a partir de un diente o de un reducido trozo de
mandíbula u otros fragmentos de huesos de dudosa procedencia, los cuales
aseguran que tiene "tantos millones de años" y en esta danza de
ceros, no logran ponerse de acuerdo ni entre ellos. Las diferencias de años entre lo que uno y otro científico sostiene
es enorme, pero a nadie parece importarle y el hombre común no se
atreve a cuestionar, porque teme que le digan ignorante o que: "si no cree,
venga Ud. a contarlos". Escudándose en pomposos títulos universitarios
se han elevado a un pedestal tan alto, que pareciera que todos deben
aceptar sin dudar ni preguntar lo que estos "sacerdotes" de la religión
evolucionista afirma. No deseo cansar a mis lectores con nombres difíciles y explicaciones
complicadas, porque mi propósito es decir la verdad en forma clara y
que sea fácil de comprender para todos. Pero compruébelo por Ud. mismo,
la ciencia sabe que esos trozos de huesos que hoy exhiben en muchos
museos, corresponden a monos y no a hombres. El sufijo "Pithecus" significa "simio", y se han publicado numerosos
fósiles de estos "Pithecus" que se presentan como posibles antepasados
del hombre. El "Dryopithecus", el "Kenyapithecus", el "Ramapithecus",
seguramente el más conocido por la mayoría es el "Australopithecus", que
no significa otra cosa que "Simio - Austral". Ellos saben que se trata
de un simio, pero prefieren llamarlo con nombres complicados, que
quedan fuera del alcance del hombre común, para fomentar en ellos la falsa
creencia que se trata de un hombre. La paleontología ha podido
desenterrar muchos trozos de huesos, pero todos ellos pertenecen a simios o a
hombres, pero nunca a un ser intermedio. Los "científicos" que defienden la teoría de la evolución, sostienen como argumento que el ADN del mono es semejante en un 98% al del hombre, pero ignoran voluntariamente que eso no es ningún argumento científico, porque de igual manera podríamos afirmar que una nube tiene un 98% de agua, una sandía tiene igualmente un 98% de agua, lo mismo que una medusa también está constituida por un 98% de agua, pero bien sabemos que eso no los hace semejantes ni mucho menos iguales o que tienen un origen en común, aunque los tres están formados principalmente de H2O, Hidrógeno y Oxígeno. Si comparamos el ADN de un hijo con su madre y con el de su padre, no existe más de un 93% de compatibilidad. No se necesita un doctorado en ninguna asignatura para saber que un hijo tiene diferencias fisiológicas y sicológicas con sus padres,
por lo tanto esas cifras no dicen absolutamente nada dentro de la perfecta creación de Dios, que continua siendo un misterio insoslayable para el hombre. Los evolucionistas han elaborado su teoría a partir desde las amebas
hasta llegar al hombre, aunque lo lógico sería desde las moléculas al
hombre, pero no importa, porque cuando uno les pregunta cómo comenzó
todo, dan una explicación que para creerla, se necesita muchísima más fe
que para aceptar el relato bíblico. Dicen que todo comenzó con el "Big-bang" o la gran explosión, y
cuando uno les pregunta ¿La explosión de qué? Ellos nos contestan: "De lo
que había en el principio, que era una gran masa incandescente". Pero
¿de dónde apareció esta materia?, ahí no hay respuesta, porque ellos
mismos sostienen que la materia no puede ser eterna. Todo sufre un
envejecimiento, lo que prueba que todo tuvo un comienzo. Solamente podemos inclinarnos por una de las dos posibilidades que lógicamente se desprenden de este raciocinio: "O la materia fue siempre eterna o Dios es eterno". Y obviamente es muchísimo más sensato y juicioso deducir que únicamente Dios es eterno. Porque los mismos científicos concuerdan que la materia no pudo ser eterna, porque está sujeta a un desgaste y envejecimiento constante. Recientemente la Conferencia General Sobre Pesos y Medidas (CGPM), determinó que a partir del año 2019 el kilogramo como unidad de medida desaparecerá, al considerarse poco práctica para la ciencia. A partir de ese año, la unidad de medida kilogramo será eliminada del Sistema Internacional de Unidades. ¿Por qué a los científicos les incomodan tanto los kilos? La respuesta es que actualmente, estas unidades no responden a constantes fundamentales, sino a medidas arbitrarias que se establecieron en algún momento de la historia. El kilo es un gran ejemplo de esta situación. En 1889, el kilo se volvió oficial: en esa fecha, funcionarios de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas depositaron un cilindro de 4 centímetros de platino fabricado en Londres en una caja de seguridad en París, con tres campanas de vidrio resguardándolo a una temperatura constante. El problema es que con el paso del tiempo ese cilindro ha perdido 50 microgramos, creando una variación en todas las balanzas, que deben calibrarse comparándose con ese cilindro. Si bien estas diferencias son insignificantes para el común de las personas, pero afecta de manera significativa las investigaciones científicas que requieren de alta precisión. Por esto, a partir del año 2019 el kilo se medirá con un instrumento llamado la balanza de Watt. Esta balanza existe desde 1976 que, mediante dos experimentos distintos, compara la energía mecánica, o sea el peso causado por un objeto y la electromagnética del mismo. Tras aplicar una fórmula matemática, los científicos pueden calcular el valor en kilogramos de dicho objeto, relacionándolo con la constante matemática de Planck. Esto prueba que aun la materia inerte tiene un desgaste natural y no es constante. Si en un simple cilindro de platino de 4 cms. sufre un desgaste que puede ser medido en un tiempo insignificante de casi apenas un siglo ¿Qué podríamos esperar de los millones de toda una eternidad pasada de la materia de la cual nos hablan los científicos que pretenden explicar la creación sin un Creador, y quieren hacernos creer que la materia siempre fue eterna? También todos sabemos que para esterilizar algo, liberarlo
completamente de toda clase de vida bacteriológica, lo mejor es someterlo a
altas temperaturas, y dicen que en esa gran masa las temperaturas eran de
miles de grados ¿Cómo aparece la vida? Cuando Pasteur ya hace
muchos años que demostró que la vida no puede aparecer de la nada, la
vida solo proviene de la vida. Únicamente la vida puede engendrar vida,
nadie puede dar lo que no tiene. Es entonces que los evolucionistas recurren al milagro de los ceros.
Dicen que después de muchos miles de millones de años, aparece
la primera forma más simple de vida ¿Cómo pudo ser esto? ¿Qué base
científica tienen para creer esto? NINGUNA ¿Existe en algún registro de la
historia algo que remotamente se le asemeje? NO, todo ello es simple
especulación. Todo esto se debe aceptar exclusivamente por medio de la
fe. La gran masa incandescente existió siempre y la vida proviene de
la materia inerte. Eso no resiste ningún análisis científico,
únicamente se acepta por fe. ¿No sería más lógico aceptar el relato bíblico que Dios es Eterno y
él es el autor y consumador de la vida? Por lo menos es más lógico y se
necesita mucho menos fe. Además él es quien nos dice como fueron hechas
todas las cosas, y él fue el único que estuvo presente allí. Resulta
incoherente escuchar a personas que se dicen "cristianas" y al
mismo tiempo negar lo que Cristo enseñó. La actitud obcecada de estos científicos me hace recordar el caso de
la anciana que buscó diligentemente sus anteojos por toda la casa,
cuando al fin, rendida por el esfuerzo infructuoso, se tendió sobre su
sillón, y para sorpresa suya, recién se percató que los llevaba puestos.
Así será el caso de estos científicos que están buscando por todos lados
estas respuestas que siempre han estado ante sus propios ojos, la
Biblia. Es de esperar que no existan madres que les crean a estos
científicos, que desde una gran explosión, todo no solamente fue creado,
sino que fue puesto en el maravilloso y perfecto orden que lo
encontramos hoy. Porque es posible que no resista la tentación, después de
luchar incansablemente con sus hijos para que ordenen su dormitorio; de arrojar
una dinamita allí, para que después de esa explosión, la pieza quede en
un escrupuloso orden, total sería mucho más factible que lo que los
científicos enseñan, porque ella no estaría esperando que desde esa
explosión surgiera vida, sino únicamente que el dormitorio quedara en orden. ¿Qué hubiera sucedido si sobre la árida superficie de Marte,
hubieran encontrado un reloj? Inmediatamente todos habrían afirmado que allí
existía vida inteligente, porque sería imposible concebir la idea de un
reloj, sin la existencia de un relojero que lo hubiera fabricado. Y ¿no
es mucho más lógico, después de contemplar la maravilla y perfección de
la creación, reconocer que esto es la obra de un Ser Inteligente? Con
justa razón dice el Creador en Su Palabra, Salmo 14 "Dice el necio en
su corazón: No hay Dios". Muchos habremos visto que la fuerza del agua ha sido utilizada para
generar movimiento de las máquinas de un molino. Pero nadie nos podría
convencer que el agua del río construyó el molino, porque todos sabemos
que se necesita de una inteligencia dirigida, con un plan determinado
para construirlo. La fuerza ciega del impulso del agua jamás podría
hacerlo, aunque le concedamos millones de millones de años. Hace casi 2 mil años que Sócrates expresaba esta misma verdad, él
dijo: "Yo creo que los elementos del mundo no han venido a ocupar el
lugar que les convenía por su propio impulso; del mismo modo que nadie
pretendería que las estatuas y pinturas de nuestros templos se hicieron a
sí mismas. En el caso del universo, sería infinitamente menos
comprensible, dado al número de elementos que contiene. Es preciso que exista
una inteligencia soberana que del caos primitivo haya podido salir el
orden". Todos los casos que podamos observar, pasan siempre de orden a
desorden. Si introdujéramos todas las piezas de un puzle en una gran caja y
la agitáramos constantemente, le podríamos conceder todo el tiempo que
deseen, millones de años, aplicándole una fuerza que la mantuviera
misteriosamente en un movimiento constante, nunca se armaría el puzle por
sí solo, ni hablar que las piezas adquirieran vida. No pasaría mucho
tiempo, cuando después de unos pocos ensayos, de los miles de millones
posibles de realizar, que las piezas se gastarían antes de conseguir por
azar alguna figura posible. Las estadísticas se rigen por una ley matemática que siempre es
posible calcular. Por ejemplo, si tiramos una moneda al aire, la
probabilidad de que caiga de "cara" es de 1 a 2 . Si lanzamos un dado marcado del
1 al 6, tenemos 1 posibilidad en 6 de adivinar. En el caso de poder formar una simple célula, partiendo del
supuesto de que ya existe vida, lo cual sigue siendo un misterio
insoslayable para el ateo, la probabilidad de que 20 aminoácidos se encadenen
en una secuencia para formar una proteína de 409 aminoácidos, y luego
239 de estas proteínas formen una estructura apropiada dentro de la
célula; siguiendo los cálculos matemáticos de la ley de las probabilidades,
significaría que si partiéramos de la vida más simple y se realizara
una posibilidad por segundo, faltarían aún muchos miles de miles de
trillones de años para llegar a UNA CÉLULA. Las probabilidades en que se basa la teoría de la evolución, depende
de la cantidad de micromutaciones favorables necesarias para crear
órganos y organismos complejos. La frecuencia con las que estas
micromutaciones favorables deberían haberse realizado, tendrían que haber sido
justo donde y cuando fueron necesarias. Algunos matemáticos aceptaron el desafío para calcular esta
posibilidad. Por ejemplo el destacado matemático Ulam, dice que es sumamente
improbable que el ojo pudiese haber evolucionado por acumulación de
pequeñas mutaciones, porque la cantidad de mutaciones tendría que ser tan
grande y el tiempo tan inmensamente extenso, que no existiría ni la más
remota posibilidad de que el ojo pudiera aparecer, ni aún en otros miles
de miles de millones de años más. Pero la verdad es que la materia inorgánica, no puede producir vida.
Un químico puede analizar la composición de la semilla más simple que
se encuentre en la naturaleza. Determinar exactamente la proporción en
que están mezclados los elementos que la constituyen; copiar en la misma
igualdad, pero jamás han logrado crear vida, ni usando toda su
inteligencia y condiciones más favorables, porque la vida sólo proviene de la
vida. En cambio, los granos de trigos que se encontraron en la tumba de
Tutankamón, que estuvieron allí por tantos siglos, cuando los científicos
los plantaron después de tanto tiempo, volvieron a brotar. La vida
puesta por Dios en esos granos de apariencia insignificante, seguían
encerrando ese precioso misterio de la vida, que es liberada en la forma que
su Creador lo ha dispuesto. Los ateos tendrán toda una eternidad en el infierno para esperar que
las piedras de fuego puedan tener vida, y salir caminando desde allí.
La existencia de la vida nos obliga a aceptar la existencia de Dios.
Sólo un poder superior e infinito, independiente de la materia, puede ser
origen y causa de este elemento misterioso que no tiene razón de ser,
ni explicación en la materia misma. Todos estamos de acuerdo que la materia no tiene facultades morales,
y nos reímos de los cuentos de hadas que atribuyan voluntad e
inteligencia a las cosas. Pero ¿acaso el hombre y todos los seres vivientes no
están formados de materia inerte? El ser humano está compuesto de agua, fósforo, cal, potasio, hierro,
etc. ¿De dónde le ha venido esta facultad desconocida para los
elementos que constituyen su organismo? Es un principio incuestionable que
nadie puede dar lo que no tiene. Las reacciones y combinaciones químicas pueden dar lugar a nuevos
productos de propiedades diferentes. Dos gases pueden producir un
líquido. Sólidos y gases se pueden juntar para producir un sólido de
propiedades diferentes, pero siempre dentro de un orden puramente material,
jamás han originado vida. Nunca se ha demostrado que la vida hubiera podido
evolucionar a partir de elementos químicos sin vida. Ni tan siquiera
han podido desarrollar una máquina con movimiento continuo. La evolución ha sido promovida de una manera tan efectiva que la
gran mayoría de la gente la asocia con la "ciencia", pero la ciencia no
puede ser decidida por votos, sino por evidencias. Afirmar algo que no se
pudiera comprobar por medio de un ensayo, sería especulación. Y una
especulación teórica no es una demostración experimental. La verdadera ciencia se basa en observaciones y experimentos de
leyes reales que puedan ser repetidos o probados por fórmulas sujetas a
ciertas reglas, no cree ni se sostiene en milagros. Por lo tanto el
evolucionismo es científicamente imposible. Una persona racional comienza con
lo que es conocido y real, no con lo desconocido e irreal. La evolución no es una conclusión científica, como falsamente
afirman sus propagandistas, sino una premisa filosófica materialista y
ateísta. Y más que eso, una religión basada sobre una inmensa fe irracional
que acepta el concepto anticientífico de la existencia eterna de la
materia, y el milagro sorprendente de que un tiempo compuesto de millones
de años le pueda transferir vida, y ésta, ignorando todas las leyes de
la ciencia, evolucionar hasta llegar al hombre. Dice Dios: "Profesando
ser sabios, se hicieron necios". Los filósofos que sostienen la teoría de la evolución, e insisto en
su definición correcta: "Teoría de la evolución", porque sus
propagandistas se han dado a la tarea de borrar esta palabra "teoría"; ellos
saben que solo es una expresión filosófica de pensamientos materialistas de
un esfuerzo supremo para explicar lo imposible: La creación, sin la
participación de un Creador. La ley de las probabilidades por la cual se rige una ciencia muy
popular en nuestro mundo moderno, como son las estadísticas, han
demostrado la imposibilidad de la veracidad de esta teoría comenzando desde una
ameba, hasta llegar a los seres de vida más simple. Sería imposible sin
otra buena cantidad de miles de millones de años. Es decir, comenzando
la cuenta desde la supuesta antigüedad del universo, pasando por las
insoslayables barreras del origen de la materia y del origen de la vida,
aún faltarían muchos miles de millones de años para que aparecieran
recién los pequeños seres de vida más simple. Sus fértiles imaginaciones
todavía no les dan para lanzar otra teoría que nos cuente como unos se
transformaron en plantas y otros en animales. El hombre racional comienza su análisis con lo que es real y
conocido, y no con lo desconocido e irreal. Este hombre racional se maravilla
con la perfección de esta creación que sus ojos contemplan. Ve al
campesino cavar sus surcos y arrojar esas diminutas semillas que caen en
diversas posiciones, son sepultadas bajo la tierra, pero todas, llegado el
momento determinado por su Creador, no solamente se abren para entregar
la vida que fue encerrada en ellas según su especie, sino que ninguna
se extravía en las entrañas de la tierra, pese a la más absoluta
oscuridad y falta de orientación. Eso es realidad y no ficción. Aún la maravilla de nuestro propio ojo no puede dejar de sorprender
hasta los más escépticos. Con que precisión se regula automáticamente
ante la recepción de mayor o menor luz, cada una de sus complejas partes
no ha podido ser imitada ni por las más sofisticadas cámaras de TV.
El oído también es otro órgano complejo y sorprendente. En su
interior encontramos una verdadera escalera de caracol con peldaños que
parecen teclas de un piano, con la "pequeña" diferencia que los
pianos tienen 85 teclas, y el piano del caracol construido por el Creador
tiene más de 10.500 teclas. Y qué diremos del corazón que trabaja ininterrumpidamente desde
nuestro nacimiento hasta la muerte, incluso cuando dormimos. Esta
maravillosa bomba esta transportando sin descanso en la vida de una persona de
80 años, sangre suficiente para llenar un gran lago, y para esto ha
palpitado 3.400 millones de veces. Ninguna bomba construida por el hombre
podría ni remotamente asemejarse a la durabilidad y eficacia de ésta
construía por el Creador. Cada uno de los diferentes órganos que constituyen el cuerpo humano
son de una perfección y complejidad que aún sigue asombrando a los
hombres de ciencia. El cerebro, ni aun considerando que según dicen, usamos
solamente un 10%, ni la computadora más sofisticada del mundo podría
comparársele, porque estas máquinas carecen de inteligencia, únicamente
almacenan información la cual entregan a gran velocidad. Cada una de las 30 billones de células que forman nuestro organismo
son un monumento viviente que nos obliga a creer en la obra realizada
por un ser infinitamente Sabio y Todopoderoso. Esto es real, que se
puede ver y tocar. Todas las leyes que rigen la creación nos obligan a creer en un
legislador. La teoría del "big-bang" y la teoría de la evolución son
fantasía y no se pueden demostrar por ninguna de las leyes que se basa la
ciencia. Es más, las diferentes órbitas de los cuerpos celestes del
universo, prueban su imposibilidad. El origen de la Vida, a partir de la
materia, ya hace mucho tiempo que Pasteur lo demostró que es imposible, la
vida sólo proviene de la vida. Pero no es únicamente la estadística, y las leyes que rigen, la que
desbarata toda pretensión de los evolucionistas. La entropía, que es
conocida también como el segundo Principio de la ley de la Termodinámica
que pretende dar respuesta al comportamiento de la energía. Establece el
postulado que todos los procesos naturales generan entropía, es decir,
una medida hacia el desorden molecular. La ley del incremento irreversible en entropía, es una ley de
desorganización progresiva de las condiciones iniciales. Esta ley establece
el curso descendente hacia un mayor desorden. Por lo tanto, la única
causa adecuada y comprensible del orden inicial y de la complejidad del
Universo, basándonos en esta ley, es que tiene que haber sido un
Programador omnisciente con poder ilimitado el energizador original. Y esto es también lo que nos asegura la Biblia, todo fue creado en
el principio por Dios, en armonía y hermosura sin igual, pero el pecado
lo ha trastocado y lo ha ido deteriorando, hasta el punto, que dice en
Rm. 8:22 "Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está
con dolores de parto hasta ahora". La Paleontología, la Geología, la Zoología y la Botánica, mientras
más avanzan en sus conocimientos, sólo hacen más evidente su total
incapacidad para aportar un dato serio que pueda favorecer la teoría de la
evolución. Que una criatura pueda pasar gradualmente a otra especie, es
meramente una hipótesis biológica, jamás se ha entregado un caso que se
haya podido comprobar, ni aún a través de los fósiles. Los biólogos han entregado solamente una gran cantidad de ideas
compuestas de hipótesis en conflicto, como el cambio de bacterias
unicelulares a plantas y a animales complejos, de peces a mamíferos, y de simios
a hombres. El asunto en cuestión no es si hay selección natural.
Obviamente que hay, y que tiene un efecto manteniendo la idoneidad genética de
las especies. Los criadores de plantas y animales emplean la
inteligencia y el conocimiento especializado para seleccionar las razas para
crianza y para proteger sus ganados y plantas de peligros naturales. Producen variaciones, incluyendo el puro deleite en ver hasta dónde
pueden conseguir, pero todo esto es realizado dentro de las
posibilidades genéticas. Pueden producir ciertos cambios, por ejemplo en el ganado
vacuno, pero nunca han podido ni podrán transformar una vaca en
caballo. Se ha logrado la inseminación artificial del ganado para obtener
vacas de primera clase, los embriones han sido insertados dentro del
vientre de conejos para su exportación, porque el proceso de congelamiento es
demasiado costoso. Pero cuando esos embriones llegan al lugar de su
destino, son insertados en vacas de tercera clase para obtener vacas de
primera. No se puede obtener una alteración de la especie, aun considerando
que casi todos los embriones se ven muy similares. Cuando logran cruzar
animales de especies afines, el resultado son animales híbridos, los
cuales no tienen la capacidad de reproducirse. Otro tanto se especuló con la llamada selección sexual. El ejemplo
más famoso es el del llamativo abanico del pavo real, que es
evidentemente un estorbo para él cuando pretende escapar de un depredador. Los
científicos elaboraron la teoría que ese despliegue del colorido abanico
era para estimular a las pavas. Pero ¿por qué la selección natural, que
se supone que formó a todas las aves a partir de predecesores
inferiores, produjo una especie en que las hembras sienten deseo por machos con
decoraciones peligrosas para su sobrevivencia? El golpe mortal para esta teoría fue el reconocimiento de que muchas
aves no tienen retina en sus ojos que las capacite para distinguir los
colores. Los criadores de aves hace mucho tiempo que lo saben. En una
oportunidad en el extranjero me tocó visitar un enorme criadero de la
mundialmente famosa empresa "Kentucky", el dueño me contó que la
recolección de los pollos se hacía de noche y se instalaban luces de color
azul, porque ellos no veían ese color. Muchos órganos exigen una intrincada combinación de partes complejas
para llevar a cabo sus funciones. El ojo y el ala son las ilustraciones
más conocidas. El primer paso hacia una nueva función, como la visión o
la capacidad de volar, no daría ninguna ventaja a no ser que las otras
partes precisas para la función apareciesen simultáneamente. Algunos animales unicelulares tienen un punto sensible a la luz con
una diminuta pantalla de pigmento, y en algunos seres multicelulares
hay una disposición similar en una cuenca, lo que da una capacidad
mejorada. Otros tienen un ojo hueco sin lente, y otros lo poseen. Pero no se
piense que ninguno de estos diferentes ojos ha evolucionado el uno del
otro, porque involucran diferentes tipos de estructuras y no una serie
de mutaciones. La ala que existe en formas muy diferentes, en insectos, aves y
murciélagos, aparecen en el registro fósil ya desarrollados, nadie ha
podido demostrar una evolución gradual. Se cree que las mutaciones provienen de errores aleatorios en la
copia de las instrucciones del código genético del ADN. Los avances de la
bioquímica han hecho posible comparar no sólo los rasgos visibles, sino
también sus moléculas, basándose en sus componentes de la célula
biológica, considerando las proteínas y ácidos nucleicos, los famosos ADN y
ARN. Han descubierto que es posible clasificar especies según esta
modalidad, pero lo único que han conseguido es traer mayor confusión,
porque siguiendo este método de clasificación, se han agrupado seres tan
diversos como la ballena, el murciélago y el canguro. Otros han estudiado la descendencia dentro de la especie humana
analizando el ADN que se transmite de madre a hija. Su conclusión es que
todos descienden de una mujer que vivió hace 200 mil años. Lógicamente
los antropólogos no aceptan esta conclusión porque les desmorona toda su
teoría de los millones de años que tendría el hombre sobre la tierra.
Esta nueva herramienta del ADN que cuenta la bioquímica, está
abriendo un conflicto entre expertos paleontólogos y biólogos moleculares
acerca de cuál disciplina tiene la autoridad para resolver sobre el curso
de la evolución humana. Todas las diferentes ramas de la ciencia, y que se contradicen entre
sí, lo único que han ofrecido al hombre que quiere negar a Dios, es
confusión, y una complicada variedad de especulaciones teóricas, pero ni
una sola demostración experimental. Basándonos en los informes entregados por la Paleontología y
Geología, y analizando el registro de fósiles, vemos que aún ellos hablan de
una repentina explosión de vida con un alto nivel de complejidad. Nunca
han conseguido ningún fósil que pueda ser considerado como forma de
transición entre los grupos principales de clasificación que los
constituyen. Desde sus orígenes eran tan divergentes como lo son hoy en día.
Cada grupo o familia aparece repentinamente, sin haber podido
aportar ninguna de las expresiones de la ciencia de los hombres, nunca,
especies en transición, para mostrar la posible mutación de las especies que
ellos hablan. Todo lo que los geólogos y paleontólogos han descubierto,
no han hecho otra cosa que confirmar la inmutabilidad de las especies.
Las rocas más antiguas en las cuales se encuentran fósiles
indiscutibles, son las del período Cámbrico. En estos depósitos sedimentarios se
encuentran millones de fósiles de vidas muy complejas. Se encuentran
esponjas, corales, moluscos, calamares, crustáceos, etc. Se estima que
precisaron de 1.55 millones de años para evolucionar; sin embargo, cuando
vamos a las rocas Pre-cámbricas para hallar antecesores de estos
fósiles, no se encuentran por ningún lado. Según todas las apariencias basadas en el registro de fósiles que
nos han entregado los hombres de ciencia, hubo una repentina explosión de
vida con un alto nivel de complejidad. Para no cansar a mis lectores con la interminable lista de
inexplicables que tiene la teoría de la evolución, y sin entrar en más detalles
sobre la discontinuidad en el registro fósil, vamos a suponer que
disponemos de una máquina del tiempo (total, después de hablar de tanta
ciencia ficción, me puedo permitir este lujo), y vamos a presionar el botón
de esa máquina del tiempo a partir de este instante, para ver como en
una película pasada a alta velocidad lo que los científicos nos dicen:
Vemos una gran masa de materia incandescente que está allí desde la
eternidad (aunque dicen que la materia no puede ser eterna porque tiene un proceso natural de envejecimiento), hay una gran explosión, mantengo presionado el botón para
consumir muchos miles de millones de años, y ¡bum! contemplamos el milagro
más extraordinario, la materia adquiere vida. Esa vida va creciendo y cambiando de aspecto. Ahora vemos los
anfibios, llegamos a los peces, éstos deciden salir del agua y le crecen
pies, otros con menos suerte en vez de pies le crecen raíces y sus cabezas
se transforman en ramas desde donde brotan diversas hojas. Los animales
terrestres comienzan a crecer fuera de control. Vemos grandes monstruos
en el mar y en la tierra. En este punto vamos a soltar este botón
imaginario de nuestra máquina del tiempo, para ver con más atención a estos
enormes animales. ¿Quién lo hubiera imaginado que una simple célula pudiera crecer
hasta este tamaño? A estos animales les clasificaron bajo diferentes
nombres; el común de la gente les llama a todos: "Dinosaurios". Nunca he
comprendido por qué a los animales de hoy les llaman con nombres simples
como perros, gatos, ovejas, etc. Y a esos animales Prehistóricos les
pusieron nombres tan difíciles de pronunciar, y más difícil aún para
recordar, ¿será porque los científicos están interesados en excluir al
hombre común de ellos? No lo sé. Pero para simplificar esta exposición,
voy a llamar a todos estos enormes monstruos: "Dinosaurios", tanto a los
que vivían en el agua, como los que vivían en la tierra, que me
perdonen los expertos en la materia. La Dinosauriomanía nace a partir del año 1841 de nuestra Era, cuando
en Inglaterra descubren para sorpresa de todos, un enorme hueso. Desde
entonces hasta nuestros días, se han elaborado diversos registros de
fósiles, donde pareciera que cada científico compite en ponerle el nombre
más difícil y la edad más antigua. La diferencia de ceros a estas
alturas, no parece sorprender a nadie. Usando las carta de registros de fósiles más popular, podemos ver
que nos dicen que los dinosaurios aparecieron hace 225 millones de años,
y se extinguieron hace 65 millones de años. Lo que separa, según la
paleontología, el último dinosaurio del hombre, por más de 60 millones de
años. Los ateos creyeron encontrar por fin una enorme cuña, del tamaño de
un dinosaurio, para derribar de su trono a la Biblia. Y a partir de
entonces se han empecinado en darle la mayor antigüedad posible a los
diferentes fósiles, aunque a decir verdad, la edad de ellos ha sido
estimada principalmente por las diferentes capas geológicas en que se han
encontrado, y no por los huesos mismos. Hollywood también ha hecho un gran aporte para estimular la
Dinosauriomanía, obviamente con fines comerciales, pero tampoco hemos de
desmerecer la contribución que de forma tan efectiva y masiva ha tenido para
moldear y formar a nuestra sociedad de acuerdo a la moral e ideología
de sus directores, cuya reputación incluyendo a actores, es bien
conocida por todos. Cuando uno analiza lo que se enseña a través de la propaganda muy
bien sincronizada, por medio de películas, revistas, novelas, inclusive
en muchos textos de estudio, uno llegaría a la conclusión que la
evolución es un hecho incuestionable, y que todo fue evolucionando desde una
insignificante vida celular hasta llegar a los gigantescos dinosaurios,
y desde allí comenzaron nuevamente los seres vivientes a disminuir de
tamaño hasta llegar a los que tenemos en el día de hoy. Se nos presentan cartas con dibujos a todo color según la
imaginación de su autor y venden esa creencia; pero cuando uno se introduce
seriamente en este tema y comienza a comprar libros serios de ciencia para
inquirir sobre esto, se encuentra que la serie de dibujos a todo color
que representan la secuencia de los animales menores a mayores, no
existe, todo eso es únicamente el producto de la fantasía de los
comerciantes por un lado, y de la propaganda mal intencionada de los
evolucionistas por otro. Lo único concreto es la existencia de algunos fragmentos de
huesos, desde donde con mucha imaginación y fantasía han dado forma
según sus propias ideas filosóficas preconcebidas a cómo serían los
dinosaurios. Son muy escasos los restos que se han encontrado que correspondan a
un animal completo. Y lo que queda en total evidencia, es que jamás se
han encontrado los fósiles que confirmen la secuencia que nos dibujan
en sus libros los comerciantes y propagandistas de esta idea filosófica.
Lo real y verdadero es que existe una discontinuidad en el registro de
fósiles, que hace imposible demostrar lo que afirman los
evolucionistas. La explicación que también dan para su extinción es muy variada y
depende de la imaginación de cada autor. Unos hablan de un cambio súbito
en el clima, otros de un gran cometa que pasó cerca de la tierra
arrojando gases venenosos, otros dicen que este cometa chocó con la tierra,
cayó en el mar y produjeron una inundación mundial muriendo todos ellos.
Lo concreto es que los restos de los dinosaurios se encuentran
esparcidos por todo el mundo, de polo a polo, lo que prueba que el clima
de entonces era muy diferente al actual, además los huesos se hallan
esparcidos en grandes áreas, lo que demuestra que fueron devorados por
depredadores. A todos estos hechos innegables muchos teólogos han intentado dar
respuesta por medio de la Biblia, ajustando la Palabra del Señor con lo
que sostienen los científicos, y la verdad es que no logran convencer ni
a los evolucionistas ni a los cristianos, porque sus argumentos están
llenos de contradicciones. En primer lugar, para determinar la antigüedad del arca, desde donde
se han obtenido diferentes muestras de esa gran barcaza que se encontró
en el monte Ararat en Turquía y que varios exploradores han traído
restos de ella en diferentes épocas, muchas fueron analizadas con la
metodología de la ciencia moderna, la cual concluyó que esos trozos de madera
no solamente habían estado expuestos al agua salada, sino que su
antigüedad data de aproximadamente 5 mil años. Aquí cuando no existe ningún
dilema se acepta como argumento probatorio de la cuenta de años, la
forma que emplea la ciencia para medir el tiempo, pero cuando nos
enfrentamos a los dinosaurios se rechaza rotundamente. Además el argumento que presentan estos teólogos para explicar el
exterminio de los dinosaurios, me parece abiertamente contradictorio con
el relato bíblico. Ellos dicen que los dinosaurios murieron a
consecuencia del diluvio que ocurrió en los días de Noé, el cual según la Biblia
fue sólo hace aproximadamente 4.600 años. Es verdad que los métodos que emplea la ciencia para contabilizar
los años son muy incierto y no merece mucha confianza, pero la diferencia
es enorme. La ciencia dice que el último dinosaurio murió hace 65
millones de años, y los teólogos que creen que los dinosaurios murieron con
el diluvio, nos estaría asegurando que murieron hace 4.600 años y que
serían contemporáneos del hombre. Pero el dilema mayor para aceptar esa tesis, es que los dinosaurios
anfibios (los denomino así para no complicarnos con nombres
difíciles), estos grandes monstruos marinos no tendrían por qué haber muerto con
el diluvio, de lo contrario tampoco podrían existir las ballenas en el
día de hoy porque ese es otro de los animales que vienen desde hace
muchos años; sería tan absurdo como suponer que los peces se pudieran
ahogar si relleno una pecera con mucha agua. La tesis de que los dinosaurios "terrestres" murieron con el diluvio
se contradice con el relato bíblico, porque dice que Dios ordenó a Noé
colocar en el arca "de TODO lo que vive, de toda carne, dos de cada
especie, macho y hembra serán". Si los dinosaurios fueron contemporáneos de Noé, como ellos dicen,
tendrían que haber entrado también un macho y una hembra para
preservación de ésta especie, porque ese fue el mandato divino. De la misma forma
entendemos que fueron preservados el oso polar, el canguro y todas las
más diversas especies, porque la Biblia dice que entraron en el arca de
TODO animal que había en la tierra. ¿Por qué Noé habría de excluir a los dinosaurios? ¿Sería por su
tamaño? Si fuera así, tampoco debería haber entrado el elefante, además
bien sabemos que no todos los dinosaurios eran de tamaños gigantescos,
existieron muchos que no fueron más grandes que los otros animales que
sí entraron en el arca. Entonces ¿cuándo existieron los dinosaurios
según la Biblia? ¿Cómo y cuándo se extinguieron? Primero deseo aclarar que de ninguna manera estoy de acuerdo con el
aspecto que de ellos nos dan los hombres de ciencia. Hemos de recordar
que su aspecto es meramente especulativo. Pensemos por ejemplo que si
nadie hubiera visto jamás un pavo real, y estos hombres de ciencia
descubrieran algunos huesos de él ¿piensa alguien que lo habrían revestido
de la belleza que lo hizo el Creador? Aunque los hombres de ciencia han demostrado tener una imaginación
muy fértil, estoy seguro que ninguno de ellos habría dibujado el pavo
real con la verdadera gracia y hermosura que tiene; lo mismo pienso que
sucede con toda la amplia variedad de los animales prehistóricos.
Basándome en la infinita gracia del Creador, me resisto a aceptar los dibujos
de su apariencia externa que nos presentan de los dinosaurios, todos
son descoloridos y sin ninguna belleza. Creo que los animales
prehistóricos serían de hermosos colores, muy atrayentes y de gran variedad, eso
concuerda más con el sello divino. Pero ahora concentrándonos en su existencia ¿cómo pudieron vivir
hace tantos millones de años, si cuando leemos la Biblia, tenemos que
llegar a la conclusión que el relato de la creación que se describe en el
libro del Génesis no es más allá de 6 mil años? Aún el calendario judío, que se basa en la tradición conservada por
los rabinos y que dicen contar desde el año uno, que correspondería a
la creación de Adán, ellos están en el año 5.764 cuando en nuestro
calendario occidental estamos en el año 2004. En primer lugar hemos de considerar que la Biblia no fue escrita
para satisfacer nuestra curiosidad, sino nuestra necesidad espiritual.
Allí no aparece todo lo que deseamos saber, sino lo que necesitamos
conocer. Por ejemplo, en la Biblia no se revela todo lo concerniente a los
seres angelicales, porque no fue un libro escrito para ellos sino para el
hombre. Además, considerando el corazón idolátrico del ser humano, Dios
ha mantenido lejos del hombre gran parte del ministerio de los ángeles.
Pero aún así, leyendo con atención las Sagradas Escrituras, encontramos
revelado en ellas como en grandes pinceladas lo que sucedió en el
principio, antes que el hombre fuera creado. Comienza la Biblia diciendo en su primer versículo: "En el principio
creó Dios los cielos y la tierra". Y luego prosigue con los 6 días de
la creación hasta llegar al hombre. Pero lo que resulta curioso al
lector que ha seguido con atención el relato bíblico, es que dice que al
cuarto día Dios puso las lumbreras en la expansión de los cielos,
refiriéndose al sol, la luna y las estrellas. Allí comienza la primera interrogante: Si Dios puso recién al
cuarto día en la expansión de los cielos, el sol, la luna y las estrellas
¿cuáles fueron los cielos que hizo al principio, antes de la cuenta de
los 6 días? Porque todo aquel que lee el versículo primero entiende que
entonces creó Dios el universo, las luminarias del cielo, las
estrellas. Otro dilema que se presenta con todo esto, es que en el versículo
tres asegura que en el primer día dijo: "Sea la luz; y fue la luz".
¿Cómo pudo aparecer la luz en el primer día cuando el sol, la luna y las
estrellas aparecen recién en el cuarto día? ¿Qué luz fue esta? Yo sé que los romanistas han tratado de simplificar esto diciendo
que todo lo que se dice aquí es una fábula, lo cual no sorprende a nadie
que conozca la historia, porque todos conocemos el desprecio absoluto
que ellos siempre han mostrado por la Biblia; durante muchos siglos las
quemaron y también mandaron a las llamas de la hoguera a los que la
leían, desafiando la prohibición de leerla que había firmado el Papa
Gregorio IX. Esta afirmación que el relato bíblico es una fábula, no elimina en
absoluto la confusión que presenta ante la lectura superficial,
únicamente viene a confirmar lo que Dios dice en 2Tm.4:4 "apartarán de la
verdad el oído y se volverán a las fábulas". El Dios de la Biblia no es un Dios de confusión ni de desorden, pero
entonces ¿cómo pudo crear una tierra desordenada y vacía como asegura
el versículo dos? Eso sería abiertamente contrario a su naturaleza.
El estudiante de la Biblia recordará lo que dice en Is.45:18
"Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la
tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en
vano, para que fuese habitada la creó". Si Dios demostró con los
6 días de la creación que tiene poder suficiente para con su sola
palabra crear inmediatamente todo perfecto y con un propósito ¿por qué
habría de hacer primero una tierra desordenada y vacía? Cuando hemos
leído que "no la creó en vano, para que fuese habitada la creó". También
es importante destacar que dice que hizo la tierra, y luego
la compuso. Son muchas las interrogantes que saltan ante la simple lectura de
estos pasajes, así que vamos también nosotros a ordenarnos para ir
esclareciendo cada una de estas aparentes contradicciones. Hubo una eternidad pasada donde no existía nada, únicamente estaba
el Dios trino y eterno, completo y satisfecho, nada de lo que
posteriormente creó le era indispensable, porque si así fuera, lo hubiera
llamado a la existencia desde toda la eternidad. Nada de lo que
posteriormente creó añadió algo a su gloria ni a ninguno de sus atributos,
únicamente los exteriorizó. Fue este Dios eterno, quien en pleno ejercicio de
su Soberanía, sin ninguna influencia externa ni nadie que fuera su
consejero, determinó la obra de la creación. En el capítulo 38 de Job encontramos una recapitulación poética de
Génesis 1, embellecida por la interesante nota adicional que la obra
de la creación fue motivo de alegría y cántico para "los hijos de Dios",
expresión que aquí describe a los ángeles en el concepto de que ellos
también son obra del Padre creador de todo lo existente. Los seres angelicales se regocijaban y cantaban alabanzas a Dios,
cuando el Todopoderoso estaba creando los cielos, el universo. Debió ser
un espectáculo único en despliegue de belleza, poder y perfección. La
maravilla del orden establecido por Dios en el universo no ha logrado
ser imitada por el hombre ni aún con todo el desarrollo tecnológico que
hoy dispone, porque el reloj más exacto, que es el instrumento para
medir el movimiento de esos cuerpos celestes, no puede copiar con la misma
exactitud que Dios dispuso como movimiento para la tierra, el sol y
las estrellas. Esta maravilla de perfección y hermosura, fue lo que hizo prorrumpir
en cánticos de alabanza a su Creador, a los seres angelicales. Todo
esto está sucediendo mucho tiempo antes de la creación del hombre
¿Cuánto tiempo antes? No lo sé, porque la Biblia no lo dice. Que
pudieron ser millones de años antes de la creación del hombre, es posible.
Pero esta perfección de belleza y orden dispuesto por Dios, se vio
alterado cuando el ser más importante de la creación angelical pecó. Esto
sucedió mucho antes de la creación del hombre. Dice la Palabra de Dios, refiriéndose a ese acontecimiento que vino
a producir un caos en esa creación original, Ez.28: 12 "Tú eras el
sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En
Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era
tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice;
de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y
flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú,
querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios,
allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto
eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se
halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste
lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios,
y te arrojé entre las piedras del fuego, oh querubín protector". Aquí se establece que en esa creación original, mucho antes que Adán
y Eva; Dios creó a los ángeles, y al querubín más grande y hermoso lo
puso en la tierra, más exactamente en el jardín del Edén. Un jardín es un lugar donde hay plantas, árboles y animales. Si
decimos que el relato bíblico de Adán y Eva no es una fábula, exceptuando
obviamente la historia de la manzana que inventaron los romanistas y que
no aparece en la Biblia. Si la creación de Adán y su estadía en el
jardín del Edén fue una realidad ¿por qué no habría de serlo la creación
de este querubín grande, y su permanencia en ese jardín mucho antes de
la creación del hombre que se relata en Génesis 1 ? Algunos pueden objetar que los ángeles no tienen cuerpo, por lo
tanto no requieren de un lugar físico, pero la verdad es que Dios dice en
1Cor.15:40 "Hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es
la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales". La Biblia
dice que los ángeles tienen cuerpos, aunque son celestiales, cuya
naturaleza desconocemos. En este punto también necesitamos desprendernos de las fantasías
inventadas por Roma, respecto a la apariencia de los ángeles. El problema
es que muchos se han formado la idea de un cielo demasiado
fantasmagórico y abstracto. Tampoco hemos de olvidar que el Señor Jesucristo resucitó con un
cuerpo de gloria, pero era un cuerpo real que se podía reconocer con
nuestros cinco sentidos, se podía ver y tocar. El aseguró que no era un
fantasma, no era un espíritu; aunque podía traspasar murallas, también
comió, y por sobre todo aún llevaba las huellas de la crucifixión en sus
manos, sus pies y su costado. Dijo en Lc.24: 39 "Mirad mis manos y mis
pies, que yo mismo soy, palpad, y ved; porque un espíritu no tiene
carne ni huesos, como veis que yo tengo". Ese es el cuerpo con el cual
subió al cielo. Estoy consciente que alguno puede estar pensando en 1 Cor.15:50 que
dice: "la carne y la sangre no puede heredar el reino de Dios, ni la
corrupción hereda la incorrupción". Pero lo que aquí asegura es que la
combinación de ambos, de la carne y la sangre, no puede heredar el
reino de Dios. El cuerpo de gloria del Señor no tenía sangre, porque él la
derramó en expiación en la cruz; pero su cuerpo tenía carne y hueso.
Lo que nos autoriza a pensar que tal como hoy en nuestros cuerpos
terrenales la vida está en la sangre, como textualmente dice en Lv.17: 11
"La vida de la carne en la sangre está". Nuestros cuerpos de gloria
serán de carne y hueso pero sin sangre, porque la vida estará en el
espíritu, es decir la combinación será carne, hueso y espíritu. Cuando
recibamos el cuerpo de gloria, será semejante al cuerpo de gloria
del Señor (Filp.3: 21) el cual era de carne y hueso, pero no estaba
sujeto a las limitaciones de la materia. Ese cuerpo que tocaron los
discípulos, es el que está en los cielos rodeado de los cuerpos celestiales de
los ángeles. Mi argumento es que ese querubín grande tenía un cuerpo real, y fue
puesto como dice la Biblia, en el jardín del Edén, mucho antes de la
creación de Adán. Cuando nosotros morimos, se produce una separación del alma y
espíritu de nuestros cuerpos. La muerte es consecuencia del pecado. Si los
ángeles pecaron, también es de suponer que se produjo una separación en
ellos, es decir, perdieron sus cuerpos celestiales. Los ángeles que pecaron la Biblia los llama demonios, y resulta
significativo que estos seres siempre estén anhelando ocupar cuerpos,
aunque sean de cerdos. La Biblia cita varios ejemplos de casos donde estos
demonios ocuparon cuerpos de hombres y de animales. En Mt.8: 28 tenemos
el caso de los endemoniados de Gadara, primero estuvieron en los
cuerpos de hombres, luego rogaron al Señor para ocupar aunque fuera el cuerpo
de los cerdos. Desde el día que este querubín grande pecó y arrastró en su caída a
la tercera parte de los ángeles, éstos no vuelven a llamarse ni querubín
ni ángeles, sino que Satanás y demonios respectivamente. Todos estos
seres a consecuencia del pecado, perdieron sus cuerpos celestiales que
originalmente habían recibido el día de su creación y por este motivo
buscan ocupar cuerpos. Debido al desconocimiento sobre este tema, me he visto obligado a
hacer todo este preámbulo para llegar al punto que verdaderamente deseo
enfatizar. La palabra dinosaurio es un vocablo compuesto que significa
"lagarto grande" o más textualmente "lagarto aterrador". Vimos que la
creación de los ángeles pudo ser millones de años antes que la de Adán.
El querubín más grande Dios lo puso sobre la tierra, en el jardín del
Edén; por esta razón Satanás se considera el dueño de la tierra y se
resiste a abandonarla (Job 1: 7) Inclusive le ofreció al mismo Señor
Jesucristo todos los reinos de este mundo. Jardín es un lugar donde existen plantas, árboles y animales; así
fue en el caso del jardín que Dios preparó mucho tiempo después para
recibir al hombre. Este primer jardín del Edén que Dios creó para la más
grande de sus criaturas, el querubín más grande, debió estar acondicionado
de acuerdo a su belleza y tamaño. Resulta curioso que en la Biblia Dios llame a Satanás "el dragón", y
que también cuando posiblemente millones de años después Dios puso en
ese lugar al hombre, Satanás escoge el cuerpo de una serpiente para
engañar a Eva, y no olvidemos que fue a consecuencia de ese hecho que la
serpiente comenzó a arrastrarse sobre el polvo de la tierra.
¿Coincidencia? Lo cierto es que en la Biblia no existe la coincidencia, la
casualidad ni la suerte, sea mala o buena. Todo obedece al plan diseñado por
el Creador. Si Satanás era una criatura muy grande, es lógico suponer que Dios
creara animales muy grandes en ese jardín que fue su morada original. Es
en esta época, que pudo ser millones de años antes que la creación del
hombre y que es anterior al relato de Génesis 1, es que pudieron
existir los dinosaurios y todos los animales prehistóricos. El caos que produjo la caída del querubín más grande, fue de tal
magnitud que la Biblia dice que Satanás se paseaba sobre piedras de
fuego. Todo ese hermoso jardín original (Is.14) fue consumido posiblemente
por erupciones volcánicas y el trastorno universal que provocó la
rebelión angelical. Todo lo creado en la tierra hasta ese momento, fue
sepultado. Si el pecado del hombre trastocó toda la creación, la cual gime
hasta ahora esperando su liberación ¿Cuánto más grande debió ser el
efecto del pecado cometido por una criatura mucho mayor? Este caos de la creación original que sería millones de años antes
que los 6 días del Génesis, está reflejada en el relato bíblico en
Génesis 1 entre el versículo 1 y el 2. Dice la Palabra de Dios en el verso
1 "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Los ángeles, la
tierra y el universo) Todo estaría en perfecto orden y hermosura, "para
que fuera habitada Dios la creó" (Is.45: 8) El pecado de Satanás
provoca el desorden y soledad que hallamos en el versículo 2 "y la tierra
estaba desordenada y vacía". Luego de un tiempo no especificado en la
Biblia, Dios la compuso para poner una nueva criatura sobre ella, al
hombre. Is. 45: 8 "la hizo y la compuso". Lo que encontramos a partir del versículo 3, es la preparación que
comúnmente llamamos los 6 días donde Dios entregaría su reinado a otra
criatura, el hombre. Esta es la razón del odio y deseo de destruirlo
que siente Satanás, porque ese querubín un día fue dueño de todo esto y
fue desplazado por una criatura inferior. Es lógico suponer que esta rebelión angelical hizo sucumbir en el
caos no solamente la tierra, sino que también el universo donde moraba la
tercera parte de los ángeles que fueron arrastrados por Satanás. Las
naves espaciales que los hombres están enviando, no hacen sino confirmar
que hace millones de años hubo una catástrofe de proporciones difíciles
de imaginar. El pequeño vehículo que hoy está en Marte, dicen los
científicos que confirma la teoría que allí hubo un día agua, pero reconocen
que no tienen la menor idea donde pueda haberse ido. Lo único cierto es
que prueba las huellas de un gran desastre universal. Un punto importante que también pasan por alto los científicos, es
que Dios creó todo en un estado de perfección y madurez. Por ejemplo,
Adán fue creado con una edad aparente, si él no hubiera vivido más de un
día sobre la tierra y un científico analizara sus fósiles en el día de
hoy, dictaminaría que Adán vivió 30 años sobre la tierra, lo cual sería
absolutamente falso, porque estarían midiendo un tiempo que nunca existió; es tan absurdo como pretender investigar la niñez y adolescencia de Adán. Otros "pensadores" más insensatos discuten entre ellos si Adán tenía ombligo o no. Todos estos "expertos" divagan también sobre la antigüedad del universo. Y en este punto ninguna de las diversas ramas de la llamada ciencia de los hombres logra ponerse de acuerdo, y cada cual echa a volar su imaginación en una danza de ceros que se remonta a unas alturas que produce vértigos, dejando al descubierto la enorme discrepancia entre unos y otros que nos confirma que nada saben, porque están pretendiendo medir un tiempo que nunca existió, como dice la Biblia, que "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Y que antes de ese principio sólo corresponde a la eternidad pasada donde existía únicamente Dios. De igual manera para cuando se consuman todos los acontecimientos relatados en la Biblia, dice para el final de los tiempos y cuando entremos a la eternidad futura, que Dios creará cielos nuevos y tierra nueva Ap. 10:6 "y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más". Si hemos logrado entender lo que la Biblia dice sobre la creación
original, nos será más fácil comprender lo que se describe en los
capítulos 1 y 2 del Génesis. Es el reordenamiento de ese desorden y
desolación que habla Gn. 1: 2 . Dios ahora va a colocar una nueva
criatura sobre la tierra. Ya sabemos que el universo fue creado antes de estos 6 días, pero
entonces ¿por qué dice en Gn. 1 : 14-16 , describiendo lo que sucedió el
cuarto día que entonces dijo Dios: haya lumbreras en la expansión de la
tierra, y coloca el sol, la luna y las estrellas para separar el día de
la noche? ¿Cuál fue la luz que apareció el primer día? ¿Fueron los
días de 24 horas o indican períodos de tiempo indefinido? Algunos piensan que pudieron ser días de mil años, y para ello citan
2Pd. 3: 8 donde dice que "para el Señor un día es como mil años, y mil
años como un día". Otros sugieren que pudieron ser períodos de tiempo
no definidos, porque la palabra "día" se emplea en la Biblia de esta
forma, para ello citan el caso del "día de la gracia" que ha durado casi
2 mil años; el "día de la Gran Tribulación" que serán 7 años, etc.
Otros piensan que se refiere a las 24 horas que tarda nuestro planeta en
girar sobre su eje, considerando el hecho que allí se menciona
específicamente en cada uno de estos 6 días que "fue la tarde y la mañana un
día". Y esta es la misma palabra que se emplea cuando más adelante en
Éxodo y Levítico nos habla de los corderos que debían ser sacrificados
cada día en el tabernáculo, uno por la mañana y otro por la tarde, y
allí no cabe la menor duda que se trata de un día de 24 horas. Lo mismo
sucede en Ex. 20: 11 cuando menciona estos 6 días de la creación.
La verdad es que las tres opciones son muy respetables, y en nada
opaca el poder y la gloria de Dios. El Señor bien pudo hacerlo en 6 mil
años, 6 períodos, 6 días o 6 segundos. Pero la argumentación en
favor de que fueron días de 24 horas, me parece que tiene más respaldo
bíblico. Cual sea la posición que tomemos, en nada cambia la
interrogante acerca de la luz del primer día, y el sol y las estrellas en el
cuarto día. La Biblia nos habla de piedras de fuego cuando Satanás pecó, y aquí
en Gn. 1: 2 de que la tierra ahora está envuelta en aguas, lo que
sugiere un proceso de enfriamiento que muy posible duraría mucho tiempo, y
no sólo eso, sino que todo el planeta quedaría envuelto en una densa
capa atmosférica. Debido a que los rayos del sol no llegaban a la tierra,
las temperaturas serían muy bajas, lo que indicaría que la atmósfera
estaría envuelta en gotas de aguas cristalizadas, es decir, habría mucho
hielo rodeando como un gran casco el planeta. Creo que la luz que Dios formó el primer día pudo ser algo muchísimo
más magnífico y espectacular, de lo que hoy conocemos como un fenómeno
que bien pudiera ser una débil réplica, o un pequeño vestigio de lo que
fue esa luz que envolvió todo el planeta el primer día. Me refiero a lo
que denominamos Aurora boreal cuando es en el Polo Norte, y Aurora
Austral cuando es en el Polo Sur. Es un fenómeno luminoso que el creador puso en el cielo y que se
presenta como una serie de bellas luminosidades y resplandores animados de
movimientos rápidos, cuando ocurren perturbaciones en el campo
magnético terrestre atribuibles al sol. El fenómeno tiene efecto en las altas
regiones de la atmósfera, y es debido a radiaciones electromagnéticas
expedidas por las manchas solares o a partículas electrizadas procedentes
del sol, las cuales son desviadas por el campo magnético terrestre
produciendo una luminosidad espectacular. Debido a que las condiciones de la tierra y su atmósfera eran muy
diferentes, Dios pudo haber creado las condiciones para una luz mucho más
grandiosa y espléndida que la luz de la Aurora boreal. Luego el segundo día Dios hace la expansión en medio de las aguas,
es decir, separa las aguas de arriba con las aguas de abajo, provocando
un gran cambio en la superficie del planeta y en su atmósfera,
preparándolo para recibir nuevamente vida en él. Es posible que esa enorme cantidad de agua cristalizada o "casco de hielo" que rodeaba la tierra, Dios al separar las aguas de debajo de la expansión con las que estaban sobre la expansión, expulsara las de arriba lejos de la tierra y quizás sean los residuos que se observan hasta el día de hoy en los miles de asteroides de hielo que circulan fuera de nuestro sistema solar, que constituyen la gran incógnita para los astrónomos modernos que no pueden encontrar el origen ni explicación de esa gran cantidad de agua en forma de hielo en el espacio. El tercer día forma los continentes y trae la vida vegetal. El cuarto día, el sol, la luna y las estrellas que ya habían sido
creados en el principio, antes de estos 6 días, ahora Dios los hace
visibles desde la tierra, seguramente a través de un nuevo cambio radical
en la densa atmósfera que hasta entonces envolvía la tierra, la cual
impedía ver el espacio estelar. Dios descorre ese velo atmosférico para poner al sol, la luna y las
estrellas, como astros que ahora sirvan para separar el día de la noche
en la tierra. Posiblemente después de ese gran cambio, se anularía la
luz del primer día, la cual también fue necesaria para la fotosíntesis
de los vegetales que aparecen en el tercer día. Si leemos con cuidado el relato del cuarto día, tendremos que llegar
a ésta conclusión, porque no dice en este día que Dios "creó" sino que
ahora estarían allí para producir esos efectos sobre la tierra. Repasemos los 6 días de la creación y notaremos otro aspecto
interesante: 1º día La difusión de la luz por todo el planeta. 2º día Separa las aguas de arriba y las aguas de abajo, formando
la atmósfera. 3º día Forma los continentes y la vida vegetal.Por Jack Fleming 4º día El sol, la luna y las estrellas son visibles desde la
tierra. 5º día Crea la vida en el mar y las aves. 6º día Crea la vida en la tierra, los animales y el hombre.
La palabra "crear" no aparece sino hasta el 5º día, cuando Dios
creó la vida en el mar, y las aves. Y en el 6º día cuando creó los
animales y el hombre. Los primeros cuatro días el Señor ha estado ordenando la tierra,
preparándola para colocar sobre ella a su nueva criatura. Inclusive
cuando en el 3º día forma los continentes, separando las aguas dejando al
descubierto la superficie terrestre, tampoco parece haber un acto de
creación del reino vegetal, porque únicamente dice, verso 11 "Produzca la
tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto
según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.
Produjo, pues, la tierra hierba verde". No parece haber sido un acto de creación, sino de preparación para
que la vida vegetal que ya estaba en las entrañas de la tierra por medio
de las semillas de aquellos árboles del jardín del Edén original, las
cuales fueron sepultadas en el caos que produjo la caída de Satanás.
Porque el lenguaje empleado en el 3º día es muy similar al del
agricultor que prepara la tierra, coloca las semillas y luego espera que "la
tierra produzca aquello que sembró". Esto no sería sorprendente, conociendo la tremenda capacidad para
conservar la vida que el Creador encerró en cada semilla. El desierto
más árido del mundo, que está ubicado en el Norte de Chile, no deja de
sorprender a los científicos cuando después de 4 o 5 años de absoluta
carencia de vida en su superficie, cuando esas condiciones de clima tan
infecundo varían levemente, bastan unas pocas gotas de agua que
rieguen su superficie, para que la tierra entregue la vida que escondía en
diminutas semillas, y el desierto florece con gran espectacularidad y
variedad. También es conocido el caso de esos granos de trigo que se
encontraron en la tumba de Tutankamón, cuya antigüedad data de miles de años,
cuando se plantaron, volvieron a entregar la vida que el Creador encerró
en ellos. Indudablemente que Dios tenía poder para volver a crear vida vegetal
desde la nada, como lo hizo el día que preparó el jardín para el
querubín más grande; pero parece ser que él escogió el plan de recuperar la
vida que él mismo había puesto en esas semillas, porque aún los sucesos
que ocurren durante los 6 días, así lo dan a entender. Crea una
luz especial indispensable para la fotosíntesis. También creó un efecto
invernadero espectacular, es decir, las condiciones especiales para que
la vida que aún permanecía bajo la superficie de la tierra, saliera y
creciera maravillosamente. Toda esta obra de la creación nos muestra el amor y preocupación de
Dios por el hombre. Pero existe otra obra de Dios aún más espectacular
y grandiosa que ésta, me refiero a la obra de la redención; el plan
diseñado por Dios para que Ud. y yo podamos ser salvos. Él envió a su Hijo
unigénito para que muriera en nuestro lugar, porque todos nosotros
hemos pecado y la justicia divina sentenció que "la paga del pecado es
muerte". Pero Dios aun así nos amó y deseaba salvarnos, razón por la cual
envió a su Hijo eterno para que satisficiera esa demanda. Fue así como el
Santo murió por los pecadores. Cristo Jesús murió en la cruz por amor
a ti y a mí. Eso sí que es tan asombroso y sorprendente que nuestras
mentes finitas no alcanzan a comprender, sólo nos hacen prorrumpir un
grito de júbilo y gratitud ¡Gracias Señor Jesús! |
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