Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 303

¿Cómo podemos entender Mat 11:12 ? "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan".


RESPUESTA


Hermanos muy bien intencionados hicieron un laborioso trabajo de dividir primeramente las Sagradas Escrituras en capítulos y posteriormente en versículos, con el sano propósito de ayudar a aquellos que estudiaran la Biblia y de esa forma pudieran ubicar rápidamente otros pasajes que desean encontrar para comparar y escudriñar. Estoy seguro que ellos jamás pensaron en los irreverentes que hoy acostumbran leer solamente fracciones de ese libro Santo, siguiendo versículos aislados y sin haberse dado primeramente a la labor responsable de leer solemnemente toda la Biblia en forma íntegra, para escudriñarla como fue el mandamiento que nos dejó el Señor.

En nuestros días son muchos los irreverentes con la Palabra de Dios, que sin haberla leído en su totalidad ni una sola vez, pretenden entenderla leyendo únicamente algunos versículos separados de su contexto natural. Pero mucho más grave es aún que en este tremendo grupo de atrevidos e irrespetuosos se encuentran muchos que se presentan como pastores, maestros, doctores, reverendos, profetas, misioneros y muchos otros "títulos", pero que son deshonestos y estafadores que tampoco se han tomado el tiempo ni la responsabilidad de leer primeramente toda las Sagradas Escrituras de principio a fin y escudriñarla primeramente como fue el mandamiento del Señor, antes de usurpar el lugar sacro del púlpito para enseñar a otros.

El colmo de este pecado lo vi en Latinoamérica cuando conocí a dos pastores pentecostales (eran de diferentes ciudades), y no sabían leer ni escribir ¿Cómo podían personas como ellos nombrarse "pastores" si no podían haber leído jamás el Santo libro de Dios? Muy comprensible resulta entonces entender por qué presentan todo un espectáculo en sus iglesias, lleno de música, historietas de diversos "profetas", sopladores y curanderos. Y es muy común verlos con "Biblias de Estudio", donde encuentran comentarios hechos por otros y luego en el mejor de los casos, se limitan a citar esas explicaciones de hombres colocando la mejor cara de intelectual que pueden lograr.

Para pretender entender un libro, es indispensable haberlo leído aunque sea una sola vez en forma íntegra. Y si desea enseñar sobre él, es requisito imprescindible haberlo leído muchas veces para conocerlo profundamente antes de reclamar ser un "entendido" en ese libro ¿Cuánto más celo y responsabilidad debería existir si se trata del Libro de Dios?

Porque este mal hábito muy popularizado en nuestros días, de leer pasajes, versículos aislados de su contexto, es lo que ha llevado a muchos por caminos del error y falsas doctrinas. Algunos de estos irreverentes preguntan desafiantes ¿Cómo dice el Señor en Jn 14:27 "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón". Y posteriormente en Mat 10:34 "No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz"? Y muy confundidos concluyen: "La Biblia tiene errores". ¡Qué irreverencia e insolencia con la Palabra de Dios!

También cuando leen aisladamente Mat 5:5 "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad". Y posteriormente se encuentran en sus lecturas quebradas de simples versículos, con este de Mt.11:12 donde se refiere a los violentos, como los que obtendrán el reino de los cielos. Quedan llenos de confusión.

Lo mismo sucede con el tema tan importante de la salvación, se turban en sus corazones cuando leen solamente el versículo de Jn. 3:36 "El que cree en el Hijo TIENE vida eterna" Categóricamente afirma que "tiene", ahora posee la salvación. Pero cuando alguien le muestra otro versículo, 1Pe 1:5 "que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero". Y son muchos los que leen únicamente la última parte de versículo, ni aún leen todo el versículo y menos su contexto, el resultado es que se hunden en el pantano de la confusión y se desvían por doctrinas heréticas de sectas que explotan esta técnica de construir postulados de cosas que la Biblia NO dice, uniendo huesos para dar forma a un esqueleto que pudiera convencer a los lectores superficiales, o mejor aún, a aquellos que no leen la Palabra de Dios y se quedan solamente con la palabra de los hombres.

Todo pasaje (como siempre digo) debe ser interpretado dentro de su propio contexto y del contexto general de las Sagradas Escrituras para respetar el verdadero sentido en que Dios lo dice en Su Palabra, porque nadie puede armar un puzle inteligentemente sin haber visto primeramente el dibujo completo de la figura que desea armar.

Este es un hermoso pasaje en cual podemos sacar mucha enseñanza, primeramente hemos de fijarnos que el Señor dice estas palabras respecto a Juan el Bautista una vez que sus discípulos se habían ido, para que ellos no llevaran lo dicho por Jesús a Juan, porque podía ser interpretado como adulación, algo que los cristianos tampoco jamás hemos de hacer: adular, halagar innecesariamente al hombre porque le haríamos un grave daño, porque la carne es propensa a vanagloriarse y caer en pecado de alabanza humana, porque siempre toda la gloria debe ser entregada únicamente al Señor de la gloria.

En el vr. 7 de Mateo cap 11 dice: "Mientras ellos (los discípulos de Juan) se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente".

En las iglesias de hoy lo que más escuchamos es a los zalameros que alaban al pastor y éste se infla en su ego a alturas que dan vértigos.

Juan se encontraba en la cárcel (vr.2) y el Señor destaca algunas condiciones del ministerio de Juan. No era un personaje que vistiera trajes costosos ni que predicara en lugares de lujo, muy por el contrario, lo hacía en el desierto y era la gente la que venía a él. Hoy se hacen estudios de mercado, se contratan psicólogos, sociólogos y naturalmente a economistas para que hagan estudios de la cantidad de gente que se podría reunir y que calculen cuanto sería la utilidad en dinero que se obtendría en cada predicación, para ver si vale el trabajo de realizar eso. Se analiza cuidadosamente si conviene económicamente hacer dos o tres reuniones en un día para aprovechar mejor los recursos del local disponible, etc.

También a la concurrencia de Juan les exhortó, vr. 8 "¿Qué salisteis a ver?". ¿Fue la rutina de siempre? ¿La compañía? ¿Para ser vistos? O el deseo sincero de sacar un provecho espiritual que podamos aplicar diariamente en nuestras vidas. La mayoría no lo hace, por este motivo cuando regresan a casa vuelven a ser los mismos malhumorados y hasta groseros con sus familias, el testimonio en el trabajo es una vergüenza, etc. Es como si se pusieran un traje de "cristiano" para ir a la iglesia y una vez que salen desde allí, se lo quitan y vuelven a comportarse como un inconverso, hasta la próxima reunión que asistan, entonces vuelven a colocarse nuevamente su traje de cristiano.

El Señor precisó que Juan era un profeta (vr.9), y más que un profeta. Juan nunca dijo que era profeta ni se presentó ante la multitud con ningún "título" otorgado por los hombres, pero aquí el Señor lo honra destacando que era más que un profeta y que llegó a ser el mayor de todos ellos. Pero ahí estaba en la cárcel, sufriendo la humillación y luego sabemos que fue decapitado por su cruel verdugo. Un testimonio como ese sería para señalarlo como el peor pecador según los predicadores del falso evangelio de la prosperidad que se enseña en nuestros días por los comerciantes de la fe. Sin embargo el Señor lo señala como el más grande de todos los tiempos.

La grandeza no puede ser medida en riquezas ni bienes materiales como se acostumbra hoy, porque eso es contrario a la Palabra del Señor:

Mat 6:19 "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan
Mat 6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Mat 6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Mat 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".

La grandeza y bendiciones de un cristiano de verdad se encuentran en una vida de santidad consagrada al Señor. El reconocimiento que debemos esperar es el de Dios, no de los hombres y menos de una sociedad corrompida, como fue en el caso de Juan el Bautista. Un día escucharemos la confirmación del Señor, no acá en el mundo sino que en el cielo: "El más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él (Juan)".

El Señor prosigue: (vr.12) "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora"(vr.13 ) "Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan". El ministerio de Juan fue donde Dios marca el termino del pacto de la ley que era exclusivo para Israel, para dar inicio a otro nuevo, el de la gracia para todas las naciones. No olvidemos que aún el Señor envió a sus apóstoles a predicar únicamente a los de su nación.

Mat 10:5-6 "A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel".

El reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Hasta esos días se consideraba pueblo de Dios únicamente a Israel. Los profetas, pero principalmente Juan había hecho un gran llamado a los de su nación al arrepentimiento, a lo que los judíos orgullosamente arguyeron: "A Abraham tenemos por padre" y rechazaron un reino que tuviera como condición a la entrada de él, por medio del arrepentimiento, lo que los llevó a repudiar al Rey.

La palabra de Juan (que se encontraba en la cárcel y posteriormente moriría como mártir) y la palabra del Señor venían a violentar esa posición de la mayoría. Porque los verdaderos hijos de Dios son pocos en este mundo, contrariamente a lo que quieren demostrar muchas iglesias en nuestros días, que son una gran multitud y para ello han entrado en alianzas con los políticos y poderosos de este mundo para obtener beneficios y favores materiales, por este motivo inventaron el "otro" evangelio, el de la prosperidad.

Pero lo que está afirmando el Señor acá en Mt.11:12 viene a confirmar lo que había enseñado anteriormente en el sermón del monte: (Lc.13:24) "Esforzaos a entrar por la puerta angosta". El "esfuerzo" al cual está haciendo referencia, es al desprendimiento indispensable de todos los componentes humanos de nuestra naturaleza caída: obras, orgullo, vanidad, lascivia y toda inclinación a seguir la corriente de este mundo; porque no debemos perder el principio elemental del nuevo pacto, el de la gracia, que como su nombre lo expresa, la salvación ahora es exclusivamente por gracia (Ef. 2:8-9, un regalo de Dios, no un premio).

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe".

Y previamente en Ef.2:1 la Palabra de Dios nos ratifica nuestra condición antes de conocer al Señor, que estábamos muertos, incapacitados de hacer algo para obtener nuestra salvación, porque en esta salvación eterna que Dios entrega al pecador por pura gracia, no existe ningún ingrediente humano.

"Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados".

Creer que un muerto pudiera hacer algo para llamar la atención de Dios, es afirmar que cuando Lázaro estaba muerto en su tumba, donde su condición era de putrefacción ("Señor, hiede ya, porque es de cuatro días), pudiera levantar un dedo o elevar un grito pidiendo clemencia. Nada humano podía hacer el que estaba muerto, por lo tanto Dios no podía pedirle algo imposible de realizar. Rom 3:11 "No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios".

Fue necesario que el autor de la vida lo llamara primeramente con voz poderosa e irrevocable, inevitable, irresistible para que el que estaba muerto pudiera recibir vida y levantarse de su tumba. Rom 11:29 "Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios". Ante ese llamado irresistible Lázaro no tuvo más alternativa que levantarse y salir fuera. No se puso argumentar con el Señor o con los discípulos, no dijo no quiero o no puedo, porque no podía resistirse a ese llamado divino.

Hos 11:4 "Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor"

Esa es la condición del pecador que estaba muerto en sus delitos y pecados, recibe vida de parte de Dios (no la fabricó él ni ninguna otra persona se la otorgó). Pero ahora necesita fe ¿De dónde puede sacar la fe el pecador perdido?

Dios le entrega la fe Rom 12:3 … "conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno". Porque el Señor es el autor y consumador de la fe. Heb 12:2 "puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe".

Lázaro salió de la tumba, con vida y mirando únicamente a Su Salvador, ahora tenía vida y fe, pero le faltaba el arrepentimiento ¿Cómo llegó a esa condición de arrepentimiento necesario para gustar la salvación que Dios ofrece?

Dios es también quien produce en el corazón del pecador perdido, arrepentimiento para salvación.

Hch 11:18 "Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!"

Rom 2:4 "¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?"

2Co 7:10 "Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación"

Este "esfuerzo" humano que señala aquí en Lc 13:24 el Señor, equivale a la presunción de un viajero que llegaba tarde, cuando las grandes puertas de la ciudad estaban cerradas y debía pasar por una puerta muy pequeña, que era la única que tenía acceso al interior de la ciudad, y solicitara entrar con su cabalgadura cargada de sacos con mercaderías; no podía entrar de esa manera, era necesario primeramente sacar sus bolsos y pasar caminando inclinado, porque todos aquellos que pretendan pasar por esa puerta estrecha, altivos y cargados de "buenas" obras, no podrán hacerlo.

Era necesario que se desprendiera de toda carga humana, para eso Dios lo llevó a la humillación a través del arrepentimiento que puso en su corazón, que le hizo ver no solamente su propia condición de pecador perdido, sino que al mismo tiempo le permitió ver por primera vez algo de la gloria y santidad del Señor, que fue aquello que le hizo humillarse aún más. Ciertamente que es un esfuerzo humano tremendo para el hombre, tener que inclinarse y humillarse, pero es Dios quien logra también aquello a través del Espíritu Santo que viene a morar en el pecador. 1Co 6:19 "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?"

El pecador no puede presentar ninguna obra humana que le ayude a obtener la salvación, porque Dios ha sentenciado categóricamente que somos "salvos por medio de la fe, no por obras". También ha dicho en Su Palabra: Rom 11:35 "¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?" Nada puede presentar el pecador para obtener su salvación, porque todas nuestras obras humanas no son más que "trapos de inmundicia". Isa 64:6 "Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia"

Por este motivo el Creador debió preparar obras para que realicemos una vez que somos salvos, no para influir en nuestra salvación la cual es por gracia, un regalo divino, no un premio. Obras que Él también preparó de antemano para que una vez que fuéramos salvos, anduviéramos en ellas aquí en la tierra y las realicemos en el Espíritu, hasta que nos lleve a las moradas celestiales, porque cada uno de los hijos de Dios tenemos un propósito que cumplir en este mundo antes de partir a la eternidad.

Ef 2:10 "Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".

El creyente camina hacia la ciudad celestial, contra la corriente de este mundo que marcha en dirección opuesta, necesitamos cogernos firmemente de la mano del Señor, y en Sus fuerzas iniciar ese caminar, pero tengamos la plena seguridad que el Señor no nos soltará de Su mano. Es comparable en una pequeña medida al padre que camina con su pequeño hijo, no depende de la fuerza del menor para permanecer junto a su padre, sino a la fuerza superior de su progenitor.

La preservación de la salvación también depende de Dios, no de nosotros:

2Ti 2:13 "Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo". Porque si el Dios veraz ha dicho que nos ha regalado vida eterna, es porque es para siempre, es un regalo que no nos arrebatará jamás.

Jn 10:28 "y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Jn 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre".

Por este motivo nos confirma además que somos "más que vencedores" en la cruz de Cristo. Filp 1:6 "estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". Hasta el día que Cristo venga a buscar a Su iglesia.

Pero volviendo al concepto de Lc.13:24 de "esforzarse a entrar por la puerta angosta", en Lc. 16:16 el Señor reitera esa terminología al señalar que "todos se esfuerzan por entrar al reino de los cielos". Haciendo una referencia en primera instancia a los orgullosos fariseos de Su tiempo, que se mantenían ocupados en esforzarse por oponerse al Señor y rechazarlo como el Hijo de Dios y Salvador. Mientras ellos se oponían, los pecadores que reconocían su condición, estaban entrando.

La fuerza violenta que menciona en Mateo 11:12 seguramente que se refiere al celo, la intensidad y al gozo con el cual los pecadores estaban entrando por esa puerta que los religiosos rechazaban, porque los fariseos no estaban dispuestos en su orgullo humano a reconocer que TODOS debían desprenderse de sus obras y religiosidad para entrar por esa pequeña puerta que ofrecía la salvación por gracia, donde se entra humillado, arrodillado ante el Señor de la gloria que ofrece gratuitamente de Su misericordia para salvar al pecador. Porque había dicho con anterioridad (Lc.5:31) que "los que están sanos ( o se creen sanos) no tienen necesidad de médico, sino los enfermos"; los que se sienten y reconocen que están enfermos.

La verdadera iglesia del Señor no puede entrar en alianzas con este mundo que no reconoce al Señor como el Hijo de Dios y Salvador. Por este motivo nos indica que "la puerta es estrecha" y que "el camino es angosto" para señalarnos que los creyentes, los hijos de Dios, somos una manada pequeña en este mundo, por eso nos insta a violentar esa posición que también tiene la mayoría de nuestros días, aún dentro de la mal llamada "cristiandad" nos manda:

Jud 1:3 "Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos".

Pero de ninguna manera significa que hemos de gritar, saltar y hacer todo tipo de alardes con expresiones violentas cargadas de fogosidad como algunos mal interpretan este pasaje, porque así fue que aparecieron los "sopladores" y curanderos, aquellos que gustan de hacer exhibicionismo tumbando al suelo a los que están dispuestos a ser parte de esos actos de entretención y de "poder" de estos señores de las iglesias espiritistas que explotan la superstición y las emociones, dejando a un lado la Palabra de Dios. El Señor de la gloria es muy preciso para señalar cómo debe ser nuestra conducta en la casa de Dios: Copiado ilegalmente de EstudiosMaranatha.com

Ecc 5:1 "Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.
Ecc 5:2 No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras".

Dios es Dios de orden y como tal ha de ser la conducta del creyente.

La salvación es íntegramente una obra de Dios, nada puede pedirle que haga o crea al que está muerto. Nada puede hacer o aportar para su salvación el ser humano, por eso es perfecta y eterna, porque depende 100% exclusivamente de Dios. El regalo de Dios para el pobre pecador es vida eterna, salvación eterna. ¿Entregaría Ud. un regalo a una persona y posteriormente se lo pediría de vuelta? Si el ser humano, con todas sus imperfecciones no actúa de tal manera, tengamos la más absoluta seguridad que el Dios de la gloria JAMÁS lo hará.



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