Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 180

¿Podemos considerar las cosas materiales como bendiciones?

RESPUESTA

Esa es la propuesta de ese "otro evangelio", el de la prosperidad o evangelio de la codicia, que se ha popularizado enormemente en este terreno fértil que ha hallado en el materialismo y egoísmo de nuestros días, en el cual cada uno aplaca su insaciable sed de consumismo a través de numerosas tarjetas de crédito, donde comprar resulta muy fácil, pero pagar esas deudas se hace cada día más difícil.

Las cosas materiales no pueden considerase una bendición, porque con ese criterio los ricos serían los más bendecidos, y el Señor nos ha enseñado que difícilmente un rico entrará en el reino de los cielos. También nos manda a no hacernos tesoros acá en la tierra, Mat 6:19-21 "donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".

Indudablemente que el creyente al igual como da gracias cada día por los alimentos que Dios nos entrega, también agradece todo lo que Él nos permite tener en nuestro hogar. Aunque no todo lo que tenemos en casa está necesariamente de acuerdo con la voluntad del Señor, porque muchas cosas que compran los cristianos no son estrictamente indispensables, y la gran mayoría son obtenidas con endeudamientos de créditos que muchas veces ahogan el presupuesto de la familia; eso no puede ser considerado una bendición, más bien son motivos de discusiones en el hogar, porque la mayoría de las disputas familiares son por falta de dinero, es decir, por no saber administrar bien nuestro presupuesto, porque gastamos más de lo que ganamos. No olvidemos que el Señor nos dijo: Rom 13:8 "No debáis a nadie nada".

Muchos son los que viven aparentando una situación económica que no poseen, pretenden mostrar en su vanidad al mundo que les rodea, que tienen la capacidad para adquirir todas aquellas cosas que esta sociedad consumista nos impone como necesidad con su propaganda idiotizante, que nos bombardea diariamente a través de todos los medios publicitarios.

Se preocupan de vivir en un lugar que les permita mostrar cierto status social, aunque con ello deban llevar una pesada carga para satisfacer su vanidad. Lo mismo podríamos decir del automóvil, de la ropa que visten, del seguro médico que usan, las vacaciones y todo lo demás que pueden exhibir para intentar probar lo que no son.

Viven llenos de deudas que los atormentan y deben normalmente trabajar largas horas extras a su horario regular para satisfacer su torpe orgullo, y en consecuencia, alejarse de sus hogares donde están los seres por los cuales "dicen" preocuparse.

Con toda justicia afirma Dios en Su Palabra al respecto: Pro 13:7 "Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas".

Los ricos en su egoísmo innato que les ha permitido acumular riquezas, juntamente con el salario no pagado al trabajador, dicen no poseer nada para no compartir algo de su abundancia. Pero aún a ellos dice Dios:

Stgo. 5:1 "¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.
Stgo. 5:2 Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla.
Stgo. 5:3 Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros.
Stgo. 5:4 He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros".

Amos 8:4 "Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra,
Amos 8:5 diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza,
Amos 8:6 para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?
Amos 8:7 Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras".

Describe la Palabra de Dios toda esta inconsecuencia: Ecc 1:14 "Miré todas las obras que se hacen debajo del sol (es decir, aquí en la tierra); y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu".

Que un rico diga que nada tiene, resulta comprensible conociendo la dureza de su corazón y de cómo han obtenido sus riquezas. Pero aquel que vive de un salario pretenda aparentar lo que no es, llegando a sacrificar su propia familia y vivir lleno de deudas que ineludiblemente lo llevarán a discordias en su hogar por los problemas económicos que deberá enfrentar; eso es una vanidad que raya en la estupidez y no concuerda en absoluto con el corazón y sabiduría que debería mostrar un verdadero hijo de Dios.

El ejemplo que nos dejó el Señor Jesucristo respecto a las cosas materiales es digno de considerar, siendo el Rey de reyes no escogió un palacio para venir a vivir, sino que muy por el contrario, se desprendió de todo, porque escogió un modesto hogar de un carpintero y vivió austeramente incluso durante su ministerio terrenal. Algo muy distinto a lo que hacen muchos en nuestros días que dicen ser siervos de Dios y viven en la opulencia, gracias al dinero obtenido del diezmo y otras artimañas que han inventado.

Todos los grandes hombres de Dios que nos muestra la historia de la iglesia, han sido hombres y mujeres que no se caracterizaron por poseer bienes materiales, sino por haber vivido sin ningún apego a las cosas de este mundo.

Curiosamente los comerciantes de la fe de nuestros días se esfuerzan para ser considerados "los levitas espirituales" de la iglesia, sin embargo pretenden ignorar voluntariamente que a los verdaderos levitas de la nación de Israel en el tiempo de la ley, Dios les prohibió tener posesiones materiales y que debían dejar su cargo al cumplir los 50 años.

Num 18:23-24 "Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos …no poseerán heredad entre los hijos de Israel. Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad". Esto se debía a que el verdadero sacerdote levita debía vivir del diezmo, el cual le era entregado en alimentos, JAMÁS EN DINERO, porque era para su sustento diario y no para comprar propiedades y bienes o acumular dinero como se ve hoy.

Num 8:24-25 "Los levitas de veinticinco años arriba entrarán a ejercer su ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión. Pero desde los cincuenta años cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán".

Los mercaderes de la fe, para intentar justificar sus bienes y riquezas, deben recurrir necesariamente al Antiguo Testamento y citar ejemplos de aquellos que vivieron bajo otra dispensación, muy diferente a la de la gracia en que se encuentran todos los cristianos salvados por la misericordia de Dios y que constituimos la iglesia del Señor.

En el Antiguo Testamento Dios está tratando con un pueblo terrenal (Israel) y en consecuencia, todas las promesas son de carácter terrenal, además todo estaba condicionado a la fidelidad de los judíos con la cual ellos se comprometieron ante Dios, y el Señor les dijo:

A los que no cumplieran con esos estatutos de la ley:

Dt. 27: versículo
15 "Maldito…
16 "Maldito…
17 "Maldito…
18 "Maldito…
19 "Maldito…
20 "Maldito…
21 "Maldito…
22 "Maldito…
23 "Maldito…
24 "Maldito…
25 "Maldito…
26 "Maldito…

Y para aquellos que cumplieran la ley les ofreció bendiciones, todas de carácter terrenal:

Dt. 28: 1-13 "si oyeres…para guardar y poner por obra todos sus mandamientos…vendrán sobre ti todas estas bendiciones…(tendrás más) tierras, frutos, vacas, ovejas, pan…(vr.13) Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola".

Este versículo 13 que claramente está dentro de las promesas para aquellos que estaban bajo la ley, ha sido brutalmente manipulado por los comerciantes de la fe para intentar justificar lo injustificable e insertarlo para la iglesia, sin ningún argumento bíblico.

Por este motivo todos los hombres fieles del Antiguo Testamento, fueron personas que obtuvieron muchas tierras y ganados, exceptuando claramente a los sacerdotes levitas, por las razones que ya hemos considerado.

A diferencia de esto, jamás dice a la iglesia: "Maldito" si es que no cumplimos algo, muy por el contrario, su promesa es: 2Ti 2:13 "Si fuéremos infieles, él permanece fiel". Además vemos que los hombres más fieles no fueron precisamente los más adinerados, sino que lo opuesto; tenemos como ejemplo también el apóstol Pablo:

2Co 11:23 "¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces.
2Co 11:24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
2Co 11:25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar;
2Co 11:26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;
2Co 11:27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;
2Co 11:28 y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.
2Co 11:29 ¿Quién enferma, y yo no enfermo?"

¿Podrá haber alguien tan insensato para creer que el gran apóstol Pablo estuvo enfermo por falta de fe? ¿O que vivió sin bienes materiales porque no fue bendecido por Dios?

Cualquiera que en nuestros días pudiera tener un testimonio así, los traficantes de almas y muchos hnos. se encargarían de desacreditarlo como una persona que seguramente está ocultando algún pecado muy grave, porque ha sido desprovisto de todas "las bendiciones materiales" y vive en pobreza y enfermedad.

Afirman estos inescrupulosos y farsantes que: "Somos hijos de un Rey, así que debemos vivir como tales. Si Ud. enferma y no sana, es porque no tiene fe; que si deseamos tener un buen automóvil, un refrigerador nuevo o televisor, simplemente debemos visualizarlo (y pagarlo con grandes créditos e intereses) y lo obtendremos".

Pero muy bien sabemos que no es así, el gran apóstol Pablo, debido a su fidelidad y amor por el Señor, lo perdió todo, porque estaba esperando las recompensas en el cielo, no acá en la tierra "donde ladrones minan y hurtan". Él sabía que debía hacer tesoros para disfrutarlos en el cielo, como fue la promesa que dejó el Señor para todos los cristianos que vivimos en el nuevo pacto de la gracia. "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón".

Todas las bendiciones que el Señor ha prometido a los Suyos ahora en la iglesia, no son de carácter material como fue durante la ley con Su pueblo terrenal; sino que son espirituales como corresponde a un pueblo espiritual. Y los tesoros los obtendremos allá en el cielo.

Ef. 1:3 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo"

Mat. 5:4 "Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación".
Luc. 6:25 "¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis".

Cuando venga el Señor o Él nos llame a Su presencia, entonces los cristianos recibiremos esas bendiciones que muchos buscan acá en la tierra y que Dios nos ha prometido para el cielo, entonces nos dirá: Mat 25:21 "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor".



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