Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 179

¿Qué se les puede decir a esas personas que se encuentran atrapadas en el error de supuestos "espíritus de carcajadas o risa santa"?

RESPUESTA

La ausencia del Espíritu Santo en numerosas iglesias modernas (razón por la cual se les escucha gritar con mucha angustia pidiendo que descienda sobre ellos), especialmente en aquellas que se definen como carismáticas, conducidas por líderes inescrupulosos cuyo único interés es congregar multitudes para despojarles de su dinero, está arrastrando a muchos que buscan experiencias sobrenaturales a laberintos oscuros y mal olientes, donde la razón, Dios y la Biblia son los grandes ausentes.

Estos líderes que ya tienen asegurado un lugar VIP en el mismo infierno que muchos de ellos aseguran haber visitado en varias oportunidades, imponen cada cierto tiempo modas que despierta la curiosidad y funciona como un gran imán para atraer a esta clase de incautos que buscan intoxicarse con un estado catatónico, caracterizado por la perturbación de su voluntad que los lleva a transes enajenadores que son típicos de todas las actividades donde se desarrollan verdaderas orgías emocionales. Los podemos ver en los conciertos rock donde muchos llegan a perder su conciencia, en las actividades deportivas de gran afluencia popular y en esta clase de "iglesias".

Rodney Howard Browne es un sudafricano que comenzó en 1979 su negocio, luego exportó a Canadá esta nueva moda cuando "ministraba" en Toronto, desde allí que se la conoce como "La bendición de Toronto". Asegura que provee y sirve "vino nuevo".

Este personaje afirma que: "Mientras algo esté sucediendo, no importa si viene de Dios, o del hombre, o del diablo". Y con esa teoría abiertamente antibíblica, justifica las más repulsivas y grotescas expresiones con las cuales induce a sus congregaciones. Todo esto, que él asegura no importa si viene de los demonios o del hombre, resulta muy obvio para toda persona normal que aún no ha caído en estos estados perturbadores, que provienen de una combinación de ambos.

Hoy no solamente se pueden presenciar esas escenas demenciales donde toda una congregación se ríe histéricamente sin motivo alguno, sino que ahora muchos miembros de esas "iglesias", durante sus trances imitan sonidos y movimientos de diferentes animales: vacas, caballos, gallinas y otros; hay quines saltan como canguros o se arrastran como serpientes; otros se desnudan, etc.

Esto es muy propio de los lugares del tercer mundo (África, Asia y algunos países de América Latina como Haití, Cuba, Brasil, etc.) donde aún se practica el vudú y otras expresiones de magia negra por los brujos que llevan a sus seguidores a esta misma condición de enajenación, incluso a hablar durante esos trances las mismas jerigonzas que ellos denominan "lenguas".

Dice Rodney: "Una noche comencé a predicar acerca del infierno, y la risa comenzó a llenar todo el templo. Mientras más explicaba a la gente cómo era el infierno, más se reían a carcajadas."

Cualquier persona con sentido común, aunque no conozca absolutamente nada de la Biblia, tendrá que admitir que todo esto refleja un festín de jolgorio donde participan los demonios que se ríen a carcajadas de la insensatez humana. Porque según lo explica el mismo Rodney, el tema que estaba tratando era acerca del infierno, lo cual no tiene nada de gracioso, y mientras más explicaba como era el infierno, más se reía su congregación.

Resulta indudable que la gran mayoría de las personas que acuden a esos lugares buscando experiencias sobrenaturales, prontamente se hacen adictos a esta clase de droga que produce el cuerpo humano cuando es expuesto a situaciones de extrema euforia o peligro, que los lleva a una autointoxicación con adrenalina, que es una hormona secretada por las glándulas suprarrenales que puede llegar a bloquear los sentidos y la razón. Todo esto sin importarles a estos "creyentes", la participación demoníaca que existe más allá de esta excitación y manipulación que ejerce el agente de Satanás que vacía sus bolsillos.

Los que leemos y estudiamos la Biblia, sabemos que ninguna de estas manifestaciones grotescas tiene un fundamento en las experiencias de los hombres y mujeres de Dios que nos relata las Sagradas Escrituras, muy por el contrario, siempre están relacionadas con los inconversos, especialmente de aquellos que han tenido experiencias con los demonios.

Por ejemplo, el deseo de desprenderse de la ropa cuando caen en esos transes, coincide con la conducta del endemoniado gadareno Lc. 8:27 "Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros".

La conducta animal, solamente la encontramos en el caso de Nabucodonosor, cuando se envaneció en su propia gloria y Dios lo castigó.
Dan 4:31 "Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;
Dan 4:32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.
Dan 4:33 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves".

Muchos de los que asisten a esos lugares se escandalizan cuando alguien les dice que el hombre desciende del mono, pero sin embargo aceptan sin estupor transformarse ellos mismos en vacas, caballos, pollos y las más diversas especies. Pareciera que Satanás una vez más quisiera imitar al Creador y ser igual a Dios, aunque sea de una forma tan grotesca y repulsiva como esa.

No existe una expresión más gráfica de la influencia satánica en la usurpación de aquello que supuestamente debería ser la casa de Dios, que cuando vemos a esas pobres criaturas arrastrase como serpientes por los pasillos de sus "iglesias". No podemos dejar de relacionarlo con la forma que tomó Satanás cuando hizo pecar a nuestros primeros padres en el Jardín del Edén.

En cuanto a las carcajadas, no se encuentra en la Biblia una referencia a ellas. Respecto a la risa aquí en la tierra, en las Sagradas Escrituras siempre está relacionada con la mofa o la incredulidad, como fue la risa de Sara cuando se rió ante el anuncio de su maternidad. Es más, el Señor Jesucristo dijo en el Sermón del monte Lc. 6:25 "¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis".

El Señor Jesucristo quien es nuestro ejemplo perfecto de santidad y espiritualidad, nunca se menciona en la Biblia que Él se rió aquí en la tierra, por el contrarió, dice que Él lloró. Con esto no estoy afirmando que sea malo reírse, sino que es absurdo hacerlo sin razón y especialmente en esos festines demoníacos donde solamente Satanás sabe porqué se ríen.

Sabiendo que el Señor ha mandado a las iglesias hacer "todo decentemente y con orden" (1Cor.14:40), resulta obvio que esas expresiones de emocionalismo descontrolado no proceden del Dios de la Biblia.

¿Qué se les puede decir a esas personas que se encuentran atrapadas en el error de supuestos "espíritus de carcajadas o risa santa"?

Que necesitan con urgencia aceptar al Señor Jesucristo como a su único y suficiente Salvador personal, que solamente la misericordia de Dios podrá entregarles ese precioso regalo de la salvación eterna, la seguridad absoluta que si el Señor viniera hoy, ellos sabrán que se irán con Él. Y la verdad les hará verdaderamente libres.

1Jn. 5:10 "El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo".
Rom 8:16 "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios".

Que los verdaderos frutos del Espíritu Santo son:
Gal 5:22-23 "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley".

Y que (Jn. 16: 13) "el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad".

Si aceptan la Palabra de Dios, lejos de caer en convulsiones grotescas, se compungirán de corazón Hch. 2:37 "Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?"

Lo único que pueden hacer es arrepentirse y aceptar al Señor Jesucristo como a su verdadero y suficiente Salvador.



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