Preguntas Frecuentes

por Jack Fleming

N° 40

¿Puede un cristiano ser tomado por un espíritu inmundo?

RESPUESTA

La enseñanza de las Sagradas Escrituras es que existen dos reinos, el reino de la luz y el reino de las tinieblas. Lógicamente donde existe la luz, no puede haber tinieblas al mismo tiempo, ambos se excluyen mutuamente.

1Pd.2: 9 "os llamó de las tinieblas a su luz admirable". Ef.5: 8 "Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor". 1Ts.5: 5 "Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas".

Es imposible que el templo del Espíritu Santo pueda ser ocupado por espíritus inmundos. Los judíos acusaron al Señor Jesucristo de hacer los milagros por medio de los demonios, y el Señor, quien es el Santo, les dijo que eso era imposible. No pueden los espíritus inmundos cohabitar en un templo Santo.

2Cor.6: 14-16 "¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois templo del Dios viviente".

El creyente es templo del Dios viviente, porque en él mora la luz, por lo tanto las tinieblas no podrían prevalecer en un lugar como ese. Lo mismo podríamos decir de la iglesia, la cual siendo integrada por el conjunto de salvados en los cuales mora el Espíritu Santo, es imposible que allí se manifiesten espíritus inmundos. La promesa del Señor fue: (Mt.16: 18) "Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella".

Esto es lo que se cuestionan todas las personas pensantes ¿cómo puede ser posible que en una iglesia, donde se supone que mora el Espíritu Santo, tengan que practicar expulsiones de espíritus inmundos regularmente a los que allí asisten? ¿Qué clase de lugar es ese, donde los que asisten tienen que ser sometidos habitualmente a esas sesiones de "liberaciones"? ¿Es un lugar donde mora la luz o las tinieblas?

Si reconocen públicamente que allí hay espíritus inmundos, es lógicamente porque no existe la luz. Seguramente esa es la razón también por la cual están frecuentemente gritando a viva voz que descienda el Espíritu Santo allí. Nadie va a pedir, y con tanta angustia, algo que ya posee.

Es muy triste el espectáculo que presentan ante el mundo, aquellos que en todas sus reuniones están practicando esa clase de exorcismos, porque en vez de mostrar que son hijos de la luz y que son templos del Espíritu Santo, están proclamando que allí habitan espíritus inmundos.

Estos actos de exorcismos son imposibles realizarlos entre los verdaderos hijos de Dios, porque en ellos mora el Espíritu Santo, no los demonios. En cada uno de los casos que nos presenta la Biblia, de personas endemoniadas y que fueron liberadas de esos poderes de las tinieblas, siempre consistió entre personas inconversas, no con creyentes.

Es más, los demonios sienten una resistencia y abominación horrorosa de estar cerca de la luz, por lo cual no tendría lógica que estuvieran en un lugar donde mora el Espíritu Santo, como es el caso donde se reúnen los verdaderos hijos de Dios.

En mi país las autoridades redujeron considerablemente los actos delictivos que se cometían durante las noches en las estaciones ferroviarias, solamente aumentando la iluminación de esos lugares. No incurrieron en gastos adicionales de contratar vigilantes, solamente la luz fue suficiente para ahuyentar a los delincuentes. Eso tan literal, es también una verdad con los demonios.

Mt. 8: 28-29 "Cuando llegaron a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?

No todos los endemoniados que nos describe la Biblia era personas violentas, como el caso de la muchacha que tenía espíritu de adivinación (Hch.16:16), pero todos ellos eran inconversos. Curiosamente en esos lugares que acostumbran practicar "liberaciones" (exorcismos, expulsiones de demonios), también se manifiesta con mucha frecuencia esa clase de espíritu de adivinación que la Biblia condena y que ellos llaman "profetas", pero que no son otra cosa que adivinos y agoreros.

La revelación de Dios se encuentra en la Palabra de Dios, no en la de los hombres. No existe una revelación divina posterior a la Biblia, porque ese libro Santo está completo, nada le falta. Eso es lo que los hijos de Dios le decimos a los romanistas ante sus supuestas revelaciones de María y otros espíritus que dicen comunicarse, y es lo que también le decimos a los seudoevangelicos con sus supuestas revelaciones posteriores a la Biblia.

Las Sagradas Escrituras nos aseguran que hasta los ministros que viven practicando expulsiones de demonios, ellos no forman parte de la iglesia que el Señor vendrá a buscar, como tampoco lo son los profetas y milagreros. Serán dejados aquí con una dura reprensión del Señor: "Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad".

Mt.7: 22-23 "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿ no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios,y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí: apartaos de mí, hacedores de maldad".

Lo que confunde algunas veces a los que desconocen las Sagradas Escrituras o son lectores superficiales de la Biblia, es el pasaje de Mt. 12: 43-45 donde dice: "Cuando un espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero".

Cuando una persona nace de nuevo, pasa a ser hijo de Dios y templo del Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo viene a morar en él (1Cor.3: 16), no permanece vacío, desocupado, como es el caso del cual nos está hablando Mt.12.

Allí se está refiriendo a una persona que es expuesta a la luz, que puede ver su pecado e intenta en sus propias fuerzas ordenar su vida, muchas veces hasta logra un cambio que hace pensar que realmente ha aceptado al Señor como a su Salvador personal. Pero todo ha sido una obra humana y no a la limpieza que produce la sangre de Jesucristo, porque de ser así, no estaría vacío, sino que el Espíritu Santo estaría morando en él.

El Señor nos está advirtiendo sobre esas personas que pretenden ordenar sus vidas (barrer y adornar "su casa") pero basándose en su propia fuerza de voluntad, no en el poder del Señor, por lo cual permanecen vacíos, sin que el Espíritu Santo venga a morar en ellos, como es el caso de todo aquel que ha nacido de nuevo.

Y debido a que nunca han sido realmente del Señor, tarde o temprano volverán a su condición anterior, inclusive su estado puede llegar a ser peor que el anterior.

Por ese aparente cambio de vida, muchas veces es considerado como creyente, y cuando vuelve a su verdadero estado (2Pd.2: 22 "El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno", porque NUNCA ha sido una oveja del Señor), algunos cristianos que desconocen los fundamentos de la salvación eterna que Dios nos entrega, dicen que esa persona ha perdido su salvación, pero la triste realidad es que NUNCA ha sido del Señor.

La Palabra de Dios nos dice que los hijos Suyos hemos sido liberados del reino de las tinieblas, Ef. 5:8 "Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor". Y desde ese reino de las tinieblas nos rescató y trasladó al reino de la luz, Col. 1:13 "el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo".

Ser librados de la potestad de las tinieblas significa claramente que ese reino no tiene potestad sobre los que ahora somos Sus hijos, los que ahora estamos en el reino de la luz.

Dios nos asegura en Su Palabra que ahora somos templos del Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo mora (habita, permanece) en nosotros. 1Cor. 3:16 "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?". 1Cor. 6:19 "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?".

No se necesita ser un conocedor muy profundo de las Sagradas Escrituras para reconocer que un espíritu inmundo pertenece al reino de las tinieblas. Ellos son los ángeles que Satanás, el querubín más grande de la creación de Dios, arrastró en su caída (Ez.28:15, Is.14:12). La Biblia también los denomina como "demonios".

Estos espíritus inmundos o demonios no pueden cohabitar en el mismo lugar donde mora el Espíritu Santo, porque la luz y las tinieblas se rechazan recíprocamente. Dios nos asegura que los creyentes somos templos del Espíritu Santo, y Él no va a compartir su casa con los espíritus inmundos que pertenecen al reino de las tinieblas.

El Señor les dijo a los fariseos que sostenían que Él expulsaba a los demonios en el poder de Satanás: (Mt. 12: 25,29) "Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa".

Dios no compartirá su templo (el cuerpo del creyente), con los espíritus inmundos, porque el mismo Señor Jesucristo aseguró que no dividirá su casa para compartirla con los demonios. Se necesitaría la presencia de otro más fuerte que el Señor para lograr atarlo primero y ocupar esa casa, y eso obviamente es imposible.

El Señor nos dice en Su Palabra que los inconversos están bajo el poder de Satanás, pero aquellos que por Su gracia somos hijos de Dios, hemos sido liberados de ese poder.

Estábamos muertos en nuestros delitos y pecados (Ef. 2:1 " él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados"). Y Él nos trasladó del reino de las tinieblas al reino de la luz.

Ef. 2:5-6 "aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús".

No dice que "nos sentará cuando lleguemos al cielo", sino que afirma que ahora ya estamos sentados en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Por esta razón nos asegura que ya somos más que vencedores. Rm. 8:37 "en todas estas cosas somos (ahora) más que vencedores por medio de aquel que nos amó".

Los creyentes hemos nacido de nuevo por medio del Espíritu Santo que nos convenció de pecado y nos llevó a los pies del Señor, y en esta nueva condición de "nacidos de Dios" 1Jn. 5:18 "Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca".

Filp. 1:6 "estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". El Señor comenzó en nosotros esta obra de restauración y la perfeccionará hasta el día en que regrese a buscar Su iglesia. Por este motivo nos asegura que el maligno no lo puede tocar (1Jn.5:18).

A esto también se refiere cuando nos afirma de forma tan categórica: (Jn. 10:28-29) "yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre".

Son muchas las doctrinas espurias que han nacido de esa falsa doctrina que ha introducido Satanás en las iglesias de hoy, donde se desconoce la seguridad de la salvación eterna que nos ha regalado Dios.

Si aceptáramos con sencillez esa verdad que la Biblia resalta con inusitado brillo, que la salvación es obra absoluta de Dios sin ninguna participación humana, y que por ende es eterna y segura, que no se puede perder porque Él la perfeccionará y cuidará en Su mano hasta que vuelva el Señor; entonces sería imposible que los engañadores pudieran enseñar en las iglesias por ejemplo, que si no pagamos el diezmo podemos perder nuestra salvación, o que podemos dejar de pertenecer al reino de la luz y ser ocupados por los espíritus inmundos del reino de las tinieblas, y muchas otras mentiras que se pueden concebir únicamente por rechazar la seguridad de la salvación eterna.

Pero bien sabemos que los comerciantes de la fe necesitan de esa falsa doctrina que la salvación se puede perder, para poder manipular a sus congregaciones e introducir toda esa cizaña que ha proliferado en muchos lugares, especialmente donde se predica ese "otro evangelio" de la codicia, el de la prosperidad terrenal y que a Dios se le puede ordenar y manejar a su antojo.

Estimado hno. y amigo, no se deje engañar. Todos los que hemos nacido de nuevo y que ahora estamos en la mano del Señor, hemos sido liberados eternamente del poder de las tinieblas. Jn. 8:36 "Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres". Col. 1:13 "el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo". Ef. 2:6 "y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús". Rm. 8:37 "en todas estas cosas somos (ahora) más que vencedores". Y ningún espíritu inmundo JAMÁS podrá ocupar el cuerpo de un hijo de Dios.



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